Los "spammers" contraatacan. Hartos de ser perseguidos y
denunciados ante la justicia, han decidido tomar la iniciativa y emprenderla
contra aquellos que crean listas negras e impiden la circulación de sus
mensajes. En definitiva, afirman, están violando la libertad de comunicación de
los ciudadanos y su capacidad de elección de que quieren recibir en sus buzones
electrónicos.
Asimismo, y según los denunciantes, la inclusión de alguien en estas listas crea
una total indefensión de los ciudadanos, ya que este proceso se realiza sin
aviso ni posibilidad de replica. "Una vez incluido en estas listas, ya no es
nunca borrado", insisten en su demanda.
Los acusados se defienden
SPEWS, The Spamhaus Project, Joker.com, son algunos de los sitios que
contienen listas negras que han sido denunciados por eMarketersAmerica.org.
Todos ellos se defienden de las acusaciones de calumnias y censuras, afirmando
que los ISP tienen todo el derecho de criticar las practicas comerciales de
quienes quieran.
Sí, es cierto, alegan desde eMarketersAmerica.org, pero eso no significa que
bloqueen los correos y cataloguen a individuos, empresas o comerciantes como
spammers sin ninguna posibilidad de defensa ni un proceso justo.
Los responsables de las listas insisten, que por regla general, estas no
contienen nombres sino direcciones IP de donde parten los mensajes. Además, no
se bloquea el mensaje en origen, sino en el destino y allí el usuario y las
compañías vinculadas tienen todo el derecho de bloquear los mensajes que se
reciben.
eMarketer, expone en su demanda que las listas negras "impiden maliciosamente el
negocio de las empresas" y pone como ejemplo que algunas de estas no tienen ni
responsables ni se sabe quien las mantiene.
Este es el caso, por ejemplo de SPEWS, que se define como "una lista hecha por
personas de todo el mundo que luchan contra el spam diariamente". El anonimato
de sus miembros impidió la entrega de la demanda, aunque también impide conocer
si tras ellos se encuentran otros intereses, además, de la lucha contra el spam,
dice un directivo de la asociación denunciante.
Y es que muchas de las criticas y presiones que están recibiendo los promotores
de correos electrónicos no solicitados se solucionan rápidamente si estos pagan
un impuesto revolucionario a los principales proveedores, pasando de ser spam a
correo comercial. Cuestión de nombres, no, de dinero