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La publicidad de productos milagro es un riesgo y un fraude hacia los
consumidores, según un estudio |
La legislación actual prohíbe la mención de la finalidad sanitaria de estos
artículos pero no su venta
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Agencias - La mayor presencia publicitaria de los
productos milagro constituye un riesgo y un fraude hacia los consumidores cada
vez "más preocupante". Esta es la conclusión principal de un informe de la
Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC) que será presentado hoy en
Bilbao durante el Simposio sobre Publicidad y Pseudociencia, organizado por la
Sociedad Española de Dermatología Basada en la Evidencia.
"La utilidad de estos productos son un fraude desde el punto de vista tanto
económico como sanitario", afirma Alejandro Perales, presidente de la AUC. "En
esta ocasión, nos hemos centrado en los productos destinados al tratamiento de
la alopecia debido a la agresividad de la publicidad en este ámbito", apunta.
El problema, según Perales, es que mientras los medicamentos se encuentran
estrictamente regulados, pasando unos controles sanitarios y reglada la
publicidad, este tipo de productos, que pueden ser desde talismanes hasta
artículos medicinales, pretenden tener una finalidad sanitaria y a la hora de
controlarlos se encuentran en "tierra de nadie".
El Real decreto 1907/1996 sobre publicidad y promoción comercial de productos,
actividades o servicios con pretendida finalidad sanitaria no prohíbe
directamente la comercialización de este tipo de productos, sino que se limita a
prohibir la mención de dicha finalidad en su argumento publicitario y
promocional, y además no existe una definición clara de los mismos, recuerda
Perales.
Testimonios de expertos
El informe de la AUC se centra en los productos contra la calvicie. La principal
característica de la publicidad de estos artículos es que no se presenta como
tal, en ocasiones aparece en formato de entrevistas o artículos de prensa.
Cuenta además con alegaciones no probadas, recurriendo a testimonios de expertos
-algo prohibido por el Real Decreto- y de usuarios. También se recurre a la
venta en farmacias, presentándose como omnipotentes y polivalentes, según el
informe.
"El riesgo mayor de estos productos no suele estar en sus efectos, porque
generalmente son inocuos, sino en que aleja a los ciudadanos de los
profesionales y de los productos que realmente pueden ser eficaces para su
problema", advierte Perales, quien solicita una legislación más clara y una
mayor defensa de los consumidores.
El doctor Urbá González, experto de la Sociedad Española de Dermatología Basada
en la Evidencia, señala que "el usuario de la sanidad y el médico necesitan una
información cierta; se requiere una actitud crítica fundamentada en pruebas
científicas". "Los consumidores deben desconfiar de cualquier sustancia que
tiene sólo beneficios, porque todo tratamiento debe tener, además de un
beneficio, un perjuicio", agregó.
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domingo, 25 mayo 2014 |
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