Hace un tiempo, en uno de los laboratorios del prestigioso Massachussetts
Institute of Technology (MIT), un potente ordenador dejó de funcionar. Los
informáticos del laboratorio pensaron enseguida que se trataría de algún virus
fatal o de un grave fallo de programación.
Pero al abrir el ordenador para repararlo, su sorpresa fue mayúscula: el
interior de la torre de la computadora estaba cubierto de una fina capa blanca
que emitía un olor bastante desagradable. El moho había paralizado el ordenador.
Tras este descubrimiento, el MIT ha recomendado a los fabricantes de ordenadores
que apliquen un producto químico contra los hongos en el plástico que se utiliza
para fabricar las torres, y ha aportado un ejemplo claro de que la suciedad
puede llega a paralizar incluso los aparatos más sofisticados del mundo.
La suciedad puede llegar a paralizar los ordenadores más sofisticados
El interior de un ordenador al que no se le quita el polvo es el hogar ideal
para el moho y hasta para los hongos. El caldo de cultivo es el calor y el
plástico que hay dentro de las torres, ya que estos dos elementos aportan el
agua y los nutrientes necesarios para que aparezcan los invasores. El calor que
se produce dentro de la torre cuando un ordenador está en marcha se dispara
cuando hay polvo alrededor, ya que el ventilador no enfría bien debido a la capa
de suciedad. El calor excesivo dentro de la torre produce condensación, es decir
agua. El otro componente imprescindible para que crezca el moho son los
nutrientes que se encuentran en los plásticos polímeros, el material que se
utiliza en los circuitos de los ordenadores. Durante la fabricación de los
plásticos, siempre se cuela algún organismo químico u orgánico que comienza a
crecer gracias a la condensación.
En algunos casos el moho y los hongos acumulados en los ordenadores pueden ser
mortales para el ser humano. De hecho, los ordenadores que se encuentran en las
salas de emergencia de los hospitales se han convertido en una fuente de peligro
para los pacientes. La Sociedad Americana de Microbiología ha analizado el polvo
y los restos de suciedad de las unidades centrales de proceso de los ordenadores
de varias salas de emergencia de Estados Unidos, y ha hallado cinco hongos
diferentes que pueden provocar infecciones mortales. Entre los hongos que se han
encontrado dentro de varias torres de ordenador estaba el Aspirgillus
fumigatus, un hongo que raramente se encuentra en los hospitales, a pesar de
que puede crecer casi en cualquier parte.
El 58% de los problemas técnicos se deben al polvo
En la mayoría de los casos la acumulación de polvo o la aparición de moho no
llega a tales extremos, pero sí es cierto que la limpieza puede ahorrar muchas
averías, como un sobrecalentamiento que queme un chip, o que se congele el
ordenador. En un estudio realizado por la consultora Media Research
Associates de Nueva York, se afirma que el 58% de las llamadas a las
empresas que ofrecen servicios de mantenimiento de ordenadores se deben a
problemas provocados por el polvo y la suciedad acumulados en las torres.
Algunas compañías estadounidenses opinan que más vale prevenir que lamentar y
contratan los servicios de agencias especializadas en limpieza informática.
Compañías como Dustbusters cobran entre 30 y 40 dólares la hora (entre
5.700 y 7.600 pesetas) por limpiar a fondo torres, teclados y ratones. La
compañía afirma que acondicionando los ordenadores cada seis meses, la
"esperanza de vida" del ordenador se multiplica y se ahorra dinero en
reparaciones.
Cuanto más tiempo se tenga el ordenador encendido, más a menudo hay que
limpiarlo. Y si uno tiene un solo PC no hace falta llamar a ningún servicio
especializado: pasar un paño seco de algodón por la torre o limpiar el ordenador
con un spray de aire comprimido, una vez al mes, será suficiente para evitar que
nuestra torre se convierta en un criadero de champiñones.