El cassette no es un objeto bonito: una cajita de plástico con dos agujeros
en el medio. Además, ya está entrado en años. En la Exposición Internacional de
Radiodifusión (IFA) de Berlín, el cassette celebra su 40 cumpleaños.
Sin embargo, para sus fans, que muchas veces son apenas un poco más jóvenes, el
sistema de dos bobinas de una cinta magnética gana con amplia ventaja la
competencia de popularidad al brillante y bien formado compact disc (CD).
Aún es demasiado pronto para jubilar al cassette. En 1990, fue superado por el
CD, pero cada año se siguen vendiendo decenas de millones de cassettes, aunque
estas han bajado en España de 55 millones de unidades en 1994 a 15 millones en
el 2001.

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1994 |
1999 |
2000 |
2001 |
Ventas K7 |
55.600.000 |
30.000.000 |
22.800.000 |
15.800.000 |
Ventas de CD-r |
-- |
16.300.000 |
47.000.000 |
67.000. |
El "compact cassette", como se llamó originalmente la cinta magnética grabable,
fue creado por el consorcio electrónico holandés Philips y presentado al público
en 1963. Su reducido tamaño posibilitó la construcción de grabadoras y
reproductores portátiles, alimentados con pilas.
Durante muchos años fue el formato usado por la industria musical para presentar
sus producciones, junto al disco de vinilo. El cassette vivió su época de gloria
como misionero del rock and roll a través de grabaciones no del todo legales de
conciertos en vivo o de discos.
Más adelante, comenzó la era del radiocassete y de las copias caseras. La
industria musical no se alegró mucho por el éxito del cassette grabable, pero no
se desesperó. Después de todo, la calidad empeoraba con cada copia que se
realizaba.
También fue un elemento imprescindible en la popularización de la informática
doméstica en la decada de los 80. Ordenadores de 8 bits, como el Spectrum,
Amstrad, Commodore y MSX (entre otros) lo utilizaban como medio de
almacenamiento y los juegos llegaban a los usuarios en ese formato. La llegada
del floppy y de nuevos equipos con mayores prestaciones (Atari ST, Amiga, MSX-2)
arrincono a estos equipos y el intercambio de cintas replicadas en los aparatos
de doble platina.
La llegada de la era digital y la popularización del CD como formato "estándar"
de la industria ha relegado a la cinta a nichos muy determinados. Destaca aún
como soporte más extendido entre los autoradios, colecciones educativas y de
aprendizaje de idiomas, cuentos infantiles y por supuesto en las colecciones de
los aficionados a la música pop&rock.