La Universidad de California (UC) se unió esta semana
a la decisión que
tomó hace sólo unas semanas la Universidad Estatal de California (CSU) y los
colegios, para limitar el ingreso y la transferencia de estudiantes según la
capacidad que le permiten sus recursos.
"Hemos tratado de encontrar otras formas
de solucionar los recortes de presupuesto, pero llegamos a un punto en el que la
experiencia educativa de la Universidad de California se verá severamente
afectada si seguimos creciendo sin fondos que apoyen el ingreso de nuevos
estudiantes", informó el rector, Richard Atkinson.
Las limitaciones en la
matrícula para el semestre de invierno significan un duro golpe para los
estudiantes hispanos de educación superior, que suman cerca del 20 por ciento en
la UC y 25 por ciento en la CSU, amén de miles de alumnos de colegios
comunitarios.
Siguiendo una política de inclusión y crecimiento, la Universidad
de California había aceptado desde 1997 y hasta el día de hoy a casi todo
estudiante que se graduaba de los colegios comunitarios en el estado. La
gravedad de la nueva situación, tras un recorte de 410 millones de dólares al
presupuesto de la UC, se traduce en que "aproximadamente la mitad" de todos los
estudiantes provenientes de colegios comunitarios y los que se matriculan por
primera vez quedarán fuera el siguiente semestre, según Atkinson.
El problema
incluye una reducción presupuestaria del 13,6 por ciento y un aumento de nuevos
estudiantes del 18 por ciento. Un total de 2.663 estudiantes han solicitado
matricularse en el semestre de invierno, de los cuales la UC considerará 1.063,
incluyendo a 500 que serán trasferidos de colegios comunitarios.
El pasado
verano, la UC elevó en 25 por ciento el costo de las colegiaturas y se reserva
la posibilidad de incrementar otro 5 por ciento si lo considera necesario. En el
sistema de la CSU, 7 de los 23 planteles se han declarado en situación especial,
ya que las cifras de estudiantes que buscan inscribirse supera la capacidad de
los recursos, pese a que se aumentó las colegiaturas en 30 por ciento en julio.
Con la clasificación de situación especial esos centros educativos, algunos de
ellos de mayor importancia para los hispanos, como San Diego y Long Beach,
aceptarán primeramente a los estudiantes que soliciten matrícula y pasen con
mejores calificaciones los exámenes de admisión.
El presidente de la CSU,
Charles Reed, también calculó que la mitad de los estudiantes que soliciten
matrícula en el siguiente semestre quedarán excluidos por falta de dinero. "El
presupuesto del año escolar 2003 ocasiona que la matriculación de este año se
reduzca esencialmente a los niveles que nos permitan los recursos y esos niveles
son cerca de la mitad", señaló.
Reed ha calculado que aproximadamente 30.000
estudiantes solicitantes de matrícula en la CSU quedarán fuera y "por razones
que se relacionan con la calidad de la enseñanza, no debemos exceder los niveles
de inscripción". Por cada inscripción que sobrepase los límites previstos, la
CSU tendrá un déficit de 7.407 dólares más gastos de enseñanza de 2.046 dólares
anuales, según cálculos de la administración universitaria. Sin esas
oportunidades, no quedarán muchas opciones para los estudiantes de California,
pues los centros privados de educación superior establecen colegiaturas fuera
del alcance de la mayoría de las familias californianas. La administración de
colegios comunitarios no ha presentado un porcentaje de los estudiantes que
quedarían fuera a partir del siguiente semestre, pero también ha expresado que
tendrá que reducir el número de inscripciones |