Agencias - Durante la presentación de la campaña de concienciación "Colillas
Fuera", el nuevo alcalde instó a los casi 300 mil fumadores dublineses a "actuar
de forma responsable", o a atenerse a las consecuencias.
Según disponen las leyes medioambientales irlandesas, el fumador distraído
que arroje un cigarrillo en la calle puede ser multado con 125 euros y un
tribunal puede incluso elevar esa cantidad hasta los mil 900 euros.
Los ceniceros portátiles se venderán al precio recomendado de dos euros,
podrán llevarse en el bolso o enganchados al cinturón, y están fabricados con el
mismo material que los ceniceros de los automóviles.
Según Royston, "muchos de los cuatro millones de cigarrillos que se
consumen cada día" en Dublín acaban en las calles, lo que contribuye a casi
el 35 por ciento de la basura que se recoge en la calle.
a iniciativa de la corporación dublinesa es un paso más en la cruzada
iniciada por el Gobierno del país contra el consumo de tabaco.
A partir del próximo mes de enero, Irlanda se convertirá en el primer país de
la Unión Europea que prohíbe fumar en los sitios de trabajo, incluidos los
tradicionales "pubs" y los restaurantes, lo que ha provocado las quejas de los
empresarios del sector.