Los más de 200 portales españoles de ámbito privado que ofrecen formación
contabilizados por OEI "representan una amenaza para la enseñanza tradicional",
según ha dicho hoy en rueda de prensa su director, Francesc Canals, que aconseja
a la administración que "adecúe el sistema educativo a la irrupción de internet".
Incluidos los 170.000 alumnos universitarios, el Observatorio estima que 300.000
personas cursarán este año académico algún estudio a través de internet, de las
cuales 50.000 están realizando la educación secundaria, muchos de ellos para
poder compaginar los estudios con entrenamientos deportivos, por sufrir alguna
enfermedad o estar privados de libertad legal.
La prisión de Can Brians, en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), es el primer
centro penitenciario en el que los reclusos pueden realizar carreras
universitarias a través de una intranet gestionada por la Universidad Autónoma
de Cataluña (UAC) y si el sistema funciona se extenderá a otras prisiones
catalanas.
Tampoco la Conferencia Episcopal Española quiere "perder el tren de la
modernidad", según el director del OEI, y ya ofrece, a través del Instituto
Superior de Ciencias Religiosas de Barcelona, cursos de teología "on line".
La Universitat Oberta de Catalunya (UOC) fue también el primer centro en
España que en 1995 puso en marcha la enseñanza a distancia con el uso de las
nuevas tecnologías y actualmente cuenta con más de 11.000 estudiantes y un
campus virtual donde los estudiantes pueden consultar sus dudas con los
profesores.
Algunas de las ventajas de este tipo de aprendizaje que la enseñanza
presencial debería tener en cuenta, según el OEI, son la posibilidad de
actualizar las materias continuamente, la adaptación del curso al ritmo del
alumno y el acceso a la formación por parte de discapacitados o residentes en el
extranjero.
Entre los inconvenientes, el Observatorio destaca que los alumnos que
estudian a distancia con el apoyo de internet están faltos del contacto humano
que se da en el aprendizaje presencial y tienen que esforzarse más porque no
existe tanta presión como en los cursos tradicionales, lo que puede originar una
falta de dedicación.
También los fraudes son uno de los problemas de la teleeducación, sobretodo
en el sector de las medicinas alternativas en el que el Observatorio ha
detectado que se ofrecen un gran número de titulaciones no-homologadas.
Para evitar engaños, Canals recomienda a los alumnos que averigüen "quién
está detrás de la página electrónica", paguen con tarjeta de crédito en vez de
por transferencia para tener más opciones si quieren recuperar el dinero y
escojan cursos que ofrezcan tutorías y teléfono de consultas en paralelo a la
conexión internauta.
El Observatorio ha constatado que el 70% de estos alumnos compaginan los
estudios con el trabajo y aproximadamente la mitad tiene hijos y
responsabilidades familiares, por lo que suelen matricularse de pocas
asignaturas.
Respecto a la edad, más del 90% de los alumnos tiene más de 25 años y un 50%
supera los 35 años.
El OEI anima a las academias de idiomas, uno de los pocos sectores que
todavía no está demasiado presente en internet, a que "se unan al proyecto"
aunque también admite que el aprendizaje por internet significa la pérdida de
puestos de trabajo. |