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Vayamos, sin embargo por partes, e iniciemos este tema con el
estudio publicado por Science y dirigdo por Naomi Eisenberger, del
Departamento de Psicología en la Universidad de California, en Los Angeles.
En este el equipo comprobó mediante el análisis con imágenes de resonancia
magnética funcional el efecto físico de instancias de exclusión social.
"Es una característica básica de la experiencia humana el
sentirse confortado en la presencia de personas amigas o queridas, y de sentirse
mal cuando a uno lo dejan afuera", dijo Eisenberger.
En muchos lenguajes esa sensación de bochorno, humillación,
exclusión o desprecio se describe en términos muy físicos: un nudo en el
estómago, un vacío en el pecho, un puntapié o una bofetada.
El estudio dirigido por Eisenberger probó que los reveses del
ego duelen casi tanto como las lesiones físicas.
"La noción de que el dolor asociado con la exclusión
social es similar al dolor causado por una lesión física parece ser más
metafórica que real", agregó.
No obstante, "la evidencia sugiere que algunos de los
mismos mecanismos neurales en la experiencia del dolor físico están involucrados
en el dolor de la separación o el rechazo social".
El artículo sugirió que debido al valor de adaptación que
tienen para los mamíferos los vínculos sociales que "mantiene a los cachorros y
jóvenes cerca de sus mayores que los atienden, el sistema de apego social puede
haberse conectado con el del dolor físico para promover la supervivencia".
En diferentes experimentos los investigadores sometieron a
los sujetos a instancias en las que éstos percibieron un rechazo social, o la
incapacidad de unirse en una actividad social con otros participantes en un
juego.
Los exámenes de imagen de resonancia magnética funcional
mostraron una actividad peculiar en la corteza cingulada anterior del cerebro,
una región que anteriormente se ha vinculado con la experiencia del dolor.
Además la corteza ventral prefrontal derecha, una región del
cerebro que se sabe que maneja o regula la aflicción, también apareció
relacionada con un aumento de la congoja después de un rechazo social.
El Stress también afecta
Por su parte el gastroenterólogo
venezolana Gustavo Yasin comparte también la
opinión del origen neural del llamado "nudo de estomago".
Este explica, en un artículo publicado
en el diario Universal, que la relación entre el aparato digestivo y el
nervioso es tan estrecha que 'la secreción de jugos gástricas se inicia tan
sólo con pensar u oler la comida. Cuando la persona está ansiosa o bajo una
fuerte zozobra se alteran los procesos operativos de la digestión, lo que
ocasiona enfermedades como úlcera péptica gástrica y úlcera duodenal. El estrés
también se asocia con las crisis de síndrome de intestino irritable y trastornos
de anorexia.
Cuando hay un cuadro fuerte de estrés, el estómago lo siente inmediatamente.
El gastroenterólogo explica que el proceso digestivo tiene una fase neural que
se activa cuando la persona siente hambre, lo que hace que inmediatamente se
produzcan los jugos gástricos, pero cuando el estado de tensión es muy agudo el
aparato digestivo deja de responder adecuadamente porque la motilidad intestinal
se interrumpe al igual que la secreción gástrica.
Este trastorno, que es uno de los más comunes, se conoce como dispepsia y
puede producir síntomas tan contradictorios como ansiedad, que se siente en el
estómago, dificultad al hacer la digestión, sensación de pesadez después de
comer y ardor en la boca del estómago. |