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El legendario avión supersónico Concorde aterrizó ayer en Nueva
York procedente de Londres alrededor de las 17H40 (21H40 GMT) por última
vez antes de ser retirado de la circulación comercial.
Su ruidoso viaje a Nueva York tomó cerca de tres horas y
media y a bordo iban entusiastas pasajeros que deseaban ser los últimos en
experimentar el viaje supersónico del aparato.
Los viajeros pagaron 7.154 dólares por billete para poder realizar este
histórico vuelo que sobrevoló el Atlántico a más de 2.000 kilómetros por hora.
Para hoy, en el aeropuerto de Heathrow
se espera la llegada de tres aviones Concorde que tras aterrizar a la pista no
volverán a sobrevolar los cielos, tras veintisiete años de existencia que
siempre ha estado rodeada de una importante polémica sobre su rentabilidad
y seguridad.
La compañía británica de aviación ha decidido retirarlo
totalmente a pesar de haber recibido distintas ofertas de aerolíneas de menor
volumen para adquirir todos los aviones y seguir operando con ellos en vuelos a
otros destinos.
Pese a que se desconoce todavía el destino de los cerca de 20
aparatos, ya se sabe que algunos irán a los museos. |
