Agencias - El pequeño celular Samsung de Kim tiene
incorporada una tarjeta de débito, y al presionar una tecla, le brindó la
información que necesitaba para realizar la transacción.
"Mi hermano
realmente me envidia por todas las maravillas que hago con mi teléfono",
dijo Kim, una joven de 22 años graduada en matemáticas de la Universidad
Femenina Sookmyung de Seúl.
En una de las
iniciativas más recientes de Corea del Sur por adelantar su tecnología, las tres
empresas de telefonía más importantes del país, varias compañías de tarjetas de
crédito y numerosos bancos han colaborado durante un año para permitir que los
coreanos paguen todo tipo de artículos -- desde un pan hasta el combustible de
sus automóviles -- con su teléfono celular.
"Corea está
bastante adelantada en el uso de esta tecnología, y probablemente ocupe el
primer puesto en todo el mundo", dijo Daisuke Okabe, especialista en la
cultura del teléfono celular de la Universidad Nacional de Yokohama, en Japón.
Si hay un país
donde la tecnología es importante, es Corea del Sur.
Casi todos los
adolescentes y adultos tienen su equipo de teléfono celular: hay 33,2 millones
de usuarios en un país de 48 millones de habitantes. Y, a diferencia del resto
del mundo - con algunas pocas excepciones - el teléfono móvil es en Surcorea
bastante más que un instrumento para una conversación.
Los niños navegan
por la Internet. Los padres transfieren dinero. Algunos juegan a la lotería,
otros reservan boletos para el cine, y millones toman fotografías.
Entonces, ¿por qué
no hacer del teléfono una billetera completa?
"Estamos
condicionados a pensar que la tarjeta de crédito es un rectángulo de plástico",
manifestó Cho Eun-sang, gerente de Harex Infotech, una de las primeras compañías
que desarrolló la tecnología.
"Pero la
tarjeta en sí es realmente la información de la tira ubicada en el reverso, y
esa información puede ser almacenada en cualquier sitio", explicó.
En lugar de llevar
consigo las tarjetas de crédito y débito, los usuarios escriben sus contraseñas
en el teclado numérico del teléfono, colocan el artefacto en una terminal
especial de los comercios y presionan una tecla. Es tan simple como manejar el
control remoto del televisor.
El teléfono envía
la información de la tarjeta de crédito a través de ondas de radio o
infrarrojas. No es necesario firmar nada. Y para pequeñas operaciones, como las
realizadas en máquinas expendedoras, ni siquiera se requiere escribir el código
de seguridad.
Las transmisiones
son codificadas y seguras, y los suscriptores que pierden sus teléfonos pueden
desactivarlos en cuestión de segundos tras informar a la compañía de tarjetas de
crédito.
Los dueños de los
celulares pueden elegir entre transacciones con cuentas de crédito o débito.
Harex Infotech
y la empresa telefónica KTF, la segunda más importante del país,
colaboraron con la Universidad Femenina Sookmyung para permitir que los
estudiantes pudieran también utilizar sus teléfonos celulares como tarjetas de
identificación.
Los alumnos pueden
emplear la tecla mágica del teléfono para abrir puertas, registrarse para
cursos, pedir libros prestados en la biblioteca o enviar notas a la página
cibernética de la universidad.
Pero concretar la
idea de pagar a través del teléfono móvil no fue fácil. Requirió la cooperación
de tres industrias que por lo general no dialogan cara a cara: bancos, empresas
de telecomunicaciones y compañías de tarjetas de crédito.
SK Telecom,
el operador de telefonía móvil más importante de Corea del Sur, dijo que vendió
280.000 equipos de celulares aptos para colocarles una ficha que permite
realizar los pagos, aunque sólo 30.000 clientes lo han hecho.
KTF
manifestó que vendió unos 400.000 celulares para realizar esas operaciones, pero
tiene sólo 20.000 suscriptores.
Uno de los
obstáculos es la necesidad de contar con lectores de los dispositivos
telefónicos en los negocios.
SKT indicó
que ya instaló 300.000 lectores en todo el país, y espera llegar a 400.000 a fin
de año, para cubrir el 75% de todos las bocas de pago de todo el país. KTF
planea colocar 300.000 lectores para el 2004.
Lee Jong-hyun,
subgerente de la división financiera de SK Telecom, imagina teléfonos celulares
que contengan también tarjetas de clubes, licencias de conducir, documentos de
identidad ... y todo lo que la gente lleva en sus billeteras.
"En el futuro
sólo tendremos que llevar un microteléfono", expresó. "Será nuestra
ventana al mundo".
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