Ninguna de las 34 condiciones que el Gobierno español le
impuso a la plataforma en enero contemplan este detalle.
El cableoperador ONO ha sido el detonante de este expediente,
al denunciar los contratos exclusivos de Sogecable con seis grandes productoras
estadounidenses por prácticas restrictivas a la competencia.
De este modo, y a partir de ahora, se abre un proceso de un
año, en el que ambas partes tendrán que aportar la documentación necesaria para
justificar sus respectivas posiciones. Posteriormente, el expediente pasará al
Tribunal de Defensa de la Competencia, que tendrá otro año para resolver el caso
y, en su caso, establecer las sanciones correspondientes.
Los contratos que Sogecable tiene firmados con las
productoras Buena Vista, Universal, Warner, Paramount, Fox y Columbia eliminan
la competencia ya que ningún otro operador de televisión de pago (AunaCable, ONO
e Imagenio, el servicio de ADSL de Telefónica) pueden tener acceso a este cine,
contenido básico para poder competir con Digital+ en igualdad de condiciones.
Si la exclusividad elimina la competencia, la duración de los
contratos garantiza el mantenimiento de esta situación en el tiempo, ya que la
mayoría de ellos no comienzan a caducar hasta el 2008.
El Servicio de Defensa de la Competencia, en su informe del
13 de septiembre del 2002, reconocía que la fusión de las plataformas por
satélite reforzaba "la posición de dominio en el mercado de la televisión de
pago" de Sogecable (entonces, propietario de Canal Satélite Digital) y
Telefónica (principal accionista de Vía Digital), y citaba la falta de
competencia en "las películas de estreno y partidos de fútbol en los que
participan equipos españoles".
De momento, Sogecable sólo permite a los cableoperadores
acceder a productos de "tercera clase", como los canales Cinemanía, que no
ofrecen cine de estreno. En otros países donde la televisión de pago también ha
avanzado, como Gran Bretaña, sus gobiernos limitan la exclusividad de los
contenidos más sensibles para garantizar la libre competencia. En el caso de
este país, la plataforma por satélite Sky Digital se ve obligada a vender sus
productos "premium" (de primera clase) que tiene en exclusiva a los
cableoperadores a precios de coste, permitiendo así la igualdad de condiciones
para acceder a ellos.
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