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Agencias -El mundo de la música digital parece
estar constantemente inmerso en la contienda: hasta hace poco en el terreno
legal, con la lucha de las grandes discográficas contra los que supuestamente
infringían los derechos de propiedad intelectual.
Esta vez se trata de una
batalla mucho más tradicional, protagonizada por dos empresas que aspiran a
colocarse a la cabeza de un sector en ebullición. Por un lado está Napster, la
web que en su día revolucionó el mundo de la música digital con su servicio de
intercambio gratuito de canciones. La compañía, que fue cerrada por orden
judicial por atentar contra las leyes de propiedad intelectual, renació a
finales de octubre de la mano de Roxio como un servicio de pago (el coste
establecido por los servicios del relanzado Napster 2.0 es de ochenta céntimos
por canción o cerca de nueve euros por álbum).
Roxio, un fabricante de software,
confía en que el nombre que se ganó Napster en los inicios de la distribución
digital de música a través de Internet garantizará su éxito. Los críticos, sin
embargo, destacan con nostalgia que el nombre es lo único que tiene en común con
su emblemático antecesor.
"Napster inventó la música 'online' y estamos
reinventándola con Napster 2.0. Sin ninguna duda, Napster 2.0 es el más completo
y exhaustivo servicio de música del mundo", dijo el director ejecutivo de Roxio, Chris Gorog.
Napster marcó un gran gol cuando anunció, a finales de la semana
pasada, que había llegado a un acuerdo con la Universidad Estatal de Pensilvania
para ofrecer gratis acceso a música legal. De esta manera, los cerca de 18.000
estudiantes de esa institución podrán acceder, a partir del semestre próximo, al
catálogo de medio millón de canciones, programación de radio y vídeos musicales
de Napster 2.0. A cambio, la universidad pagará a Napster una cantidad no hecha
pública que procede de la tasa de 140 euros que sus estudiantes pagan por
semestre, en concepto de uso de la red de ordenadores del campus.
Otras
universidades podrían seguir el ejemplo de Pensilvania, alejando así a sus
estudiantes de problemáticos servicios gratuitos de intercambio de canciones
como Kazaa o Morpheus.
La Universidad Estatal de San José (California) y la
Universidad de California en Berkeley se encuentran entre los centros educativos
que aplaudieron la iniciativa y no descartaron seguir los pasos de Pensilvania,
según el diario San José Mercury News.
Frente a Napster se encuentra iTunes, la
tienda de canciones por Internet de Apple que recientemente lanzó a bombo y
platillo su versión para Windows.
Mientras que Napster consiguió "colarse" entre
los universitarios, iTunes alcanzó acuerdos, que previsiblemente multiplicarán
la difusión de su servicio, con el fabricante de bebidas gaseosas PepsiCo, la
cadena de comida rápida McDonalds (este último sin confirmar) y el gigante de
Internet American Online.
Apple recordó en un comunicado que multiplica por
cinco el número de canciones vendidas por su rival Napster 2.0 hasta la fecha.
Los ejecutivos de Napster no tardaron en responder y señalaron que ese
comunicado era "falso" y "engañoso", y acusó al gigante informático de tener una
"mentalidad del salvaje oeste".
Apple y Napster son los protagonistas más
destacados pero no los únicos: MusicMatch, Liquid Audio o Rhapsody también se
pelean por lo que promete convertirse en un jugoso mercado. Solamente en EEUU,
la música mueve unos 11.300 millones de euros al año. Según los analistas, estas
cifras cada vez se deberán menos a las ventas del tradicional soporte en CD y
más a las descargas en la red |