Agencias y Redacción - Para demostrar que
no era fraude, el correo incluía información científica que mostraba que el
chantajista se había desplazado a sus anchas en el servidor, el cual controla
los sistemas de soporte de vida de 50 investigadores.
El FBI rastreó el
correo electrónico hasta un café internet de Bucarest y ayudó a la policía
rumana a arrestar a dos individuos, la evidencia más reciente de que los
rumanos diestros en computación se están proyectando amenazantes en el
mundillo del hampa cibernética.
"Es uno de los principales focos para este tipo de actividades",
dijo Gabrielle Burger, directora de la oficina del FBI en Bucarest, quien
trabaja en colaboración con las autoridades rumanas para detener sospechosos "y
evitar el 11 de septiembre de los delitos cibernéticos".
Documentos de las autoridades policiales obtenidos por la
agencia de noticias estadounidense "The Associated Press"
revelaron la existencia de una red de jóvenes
rumanos poco organizada pero cada vez más agresiva, que conspiran con
cómplices en Europa y Estados Unidos para robar millones de dólares cada año a
consumidores y compañías.
Su especialidad: Defraudar a consumidores a través de compras falsas por
Internet, extorsionar dinero en efectivo de las compañías después de penetrar
sus sistemas de computación, y diseñar y esparcir virus para dañar
computadoras.
Por lo general, los piratas seleccionan a las victimas
entre aquellos sitios con un alto volumen de transacciones de bajo coste.
Tiendas de discos, libros, sitios de apuestas y Cibercasinos son los lugares
preferidos.
Elegida la victima, el metodo de ataque puede ser variado.
El más sencillo es sacar la página directamente de la red, otros pueden ser
dejar mensajes, para demostrar que realmente ha sido tumbado por una acción
criminal, o intentar hacerse con la base de datos del sitio.
Después, se amenaza al sitio con revelar que el sitio ha
sido asaltado ampliando la gravedad de este. Las firmas prefieren pagar que
verse envueltas en preguntas de los clientes y aparecer en medios de
comunicación como poco responsables con la seguridad y privacidad de los datos
que almacenan.
El hackeo, un negocio en alza en Rumania
Los delitos cibernéticos han florecido en Rumania porque el país carecía de
una ley contra ellos hasta a principios del 2003, cuando promulgó la que
podría ser la más estricta del mundo. La nueva ley castiga a los declarados
culpables hasta con 15 años de cárcel, más del doble que la pena máxima por
una agresión sexual.
Varujan Pambuccian, legislador y ex programador, ayudó a elaborar el
borrador de la nueva ley después que el gobierno rumano se percató de que el
país, que está haciendo apresurados esfuerzos para ser aceptado en la Unión
Europea para el 2007, estaba adquiriendo mala reputación en la red mundial.
"Queremos que nuestro país tenga un buen nombre", dijo. "Me
molesta mucho que Rumanía sea conocida por hechos desagradables, como perros y
niños callejeros y delincuentes cibernéticos".
Pambuccian dijo que la actividad delictiva descendió notablemente en los
primeros tres meses posteriores a la implementación de la ley.
Más de 60 rumanos han sido arrestados en recientes operaciones conjuntas
del FBI, el servicio secreto, Scotland Yard, el Servicio de Inspección Postal
de Estados Unidos y numerosas agencias policiales europeas.
Entre las operaciones se encuentra la de dos sospechosos implicados en el
intento de extorsión en el Polo Sur en mayo. Ambos esperan ser enjuiciados.
Otra pareja de rumanos fue arrestada bajo sospecha de chantaje a Integrity
Media, de Mobile, Alabama, después que en marzo fue robada información
sobre 30.000 tarjetas de crédito.
Aún queda por encontrar a los culpables del asalto a "WoldPay",
la filial del Royal Bank of Scotland, especializados a pagos online y
que cuenta con 27.000 clientes minoristas que utilizan sus servicios. La firma
reconoció, en su momento, que había sido asaltada, aunque aseguro que los
datos de sus clientes no habían quedado expuestos
Aunque los rusos son más conocidos por extorsiones en la internet, los
rumanos se han convertido en importantes perpetradores de fraude, una
especialidad también favorecida por delincuentes de Bulgaria, Polonia y
Eslovenia.