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En esa fecha, el ciberespacio todavía no se denominaba así: el
número de servidores apenas rebasaba el millar; el sistema de nombres de dominio
-.com, .edu, .mil y demás- recién era introducido y la Web de Tim Berners-Lee
quedaba seis años por delante.
Igualmente desconocido era su autor: William Gibson. Lo
excepcional del caso es que este novelista estadounidense imaginó Internet y la
realidad virtual, aún antes de que se convirtieran en los explosivos fenómenos
de masas que son actualmente.
Con el tiempo, "Neuromancer" llegó a convertirse en una de las
obras más influyentes de la ciencia ficción de finales del siglo XX, y en
precursora de la denominada literatura ciberpunk. La obra fue distinguida con
los premios Hugo, Philip K. Dick y Nebula.
Gibson relata un futuro plagado de microprocesadores y
megacorporaciones económicas, donde la información y las tecnologías juegan un
papel fundamental. El protagonista principal de "Neuromancer", el cowboy Henry
Dorrett Case, se gana la vida hurtando información y burlando defensas
electrónicas.
En este peculiar futuro, la mayor parte del este estadounidense
conforma una única y gigantesca ciudad; casi toda Europa se ha convertido en un
basurero atómico y Japón es una jungla de neón, corruptora y brillante, donde
una persona es la suma de sus vicios.
Este ciberespacio de ciencia ficción se encuentra poblado de
inteligencias artificiales, servidores virtuales que operan como caja fuerte de
informaciones valiosas, sistemas de protección digitales capaces de matar, virus
imparables y seres virtuales, con apariencia y razonamientos propios, aunque
sólo sean una pieza de software.
En "Neuromancer", Gibson define el término "ciberespacio"
como "una alucinación consensual, experimentada diariamente por billones de
legítimos operadores en todas las naciones. Una representación gráfica de la
información proveniente de todas las computadoras del sistema humano. Una
complejidad inimaginable. Líneas de luz trazadas en el no-espacio de la mente,
cúmulos y constelaciones de datos. Como luces en la ciudad, alejándose...".
En "Mona Lisa Overdrive" -como es su título original-,
tercera novela del autor, aparece otra definición clave: "allí no existe el
allí, eso le enseñaban a los niños, cuando les explicaban el ciberespacio".
La realidad, por supuesto, es mucho más aburrida que las novelas
de Gibson, pero para quienes comenzaron a utilizar el término "ciberespacio"
como sinónimo de Internet, resultaba evidente que era posible intuir la
existencia de "otro" lugar, inmaterial, construido con bytes: una realidad
alternativa, de naturaleza virtual.
Otra gran aportación de Gibson consistió en situar al espíritu
hacker como protagonista central de una serie de procederes. Curiosamente,
aunque la obra del autor es muy influyente en la era digital, el mismo se
mantenía al margen del ciberespacio, pues incluso hasta hace poco carecía de
correo electrónico.
"Neuromancer" fue escrita en una máquina de escribir portátil
Hermes, fabricada en 1927.S107 .
Ambas obras se encuentran traducidas al español y editadas por
Ediciones
Minotauro bajo los nombres de
Neuromante y
Mona
Lisa Acelerada |