AFP -
Así, cada mañana Vladimir Vladimirovich (nombre y apodo de Putin) se pone sus
pantuflas, hechas "con la piel de un jefe de guerra árabe" y se entrena con una
pesa de oro fabricada "con los dientes de la resistencia chechena" antes de
trabajar para el Estado.
Maxime Kononov, alias Parker, periodista del diario liberal ruso Gazeta, publica
estas historias alardeando de ser pionero en el tema. A diferencia de los jefes
de Estado soviéticos y del primer presidente ruso, Boris Yeltsin, protagonistas
de numerosas anécdotas inventadas por el pueblo ruso, Putin había escapado hasta
ahora de la sátira popular.
En la página 'web' de Parker, visitada a diario por cerca de 5.000 lectores,
cada acontecimiento de la vida política rusa encuentra un reflejo grotesco: caza
a los oligarcas, dimisión del jefe de la administración presidencial o lucha
contra los policías corruptos.
"No quiero vejar a nadie. Mis personajes son cómicos, pero simpáticos", afirma
el periodista, seguro de que el presidente lee sus historietas.
"Algunos querrán saber por qué escribo estas historias y quién financia mi
proyecto", dice el periodista, considerando que el interés aumentará cuando se
acerquen las legislativas de diciembre.
Hace un mes, un hombre de negocios ruso pidió a Kononov que le vendiera su
página 'web' con dos condiciones: que siguiera escribiendo sus historias durante
al menos un año y que el nuevo propietario tuviera el derecho a intervenir en el
contenido del sitio.
Maxime reconoció que no pudo rechazar la suma que le ofreció el comprador,
esperando que el nuevo propietario no le obligue a modificar el concepto de la
página.
El periodista no ha querido revelar el nombre del comprador, diciendo solamente
que es un "hombre conocido" y cercano al poder.
Mientras los medios de comunicación se quejan del aumento de presión sobre ellos
en la Rusia de Putin y las cadenas de televisión independientes desaparecen,
Internet sigue siendo casi el único medio sin censura, pero a él acceden
solamente un 10% de los rusos.
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