DW - Gran Hermano fue uno de los mayores éxitos de los “Reality
Shows” en el mundo. Tras el primer formato presentado, que cosecho éxitos
espectaculares en todo el mundo, se sucedieron diferentes variaciones. En la
televisión rusa, el concepto del “Reality Show” fue más lejos, rozando lo
macabro. Un nuevo formato encerró a 12 personas en un contenedor sitúado en un
país extranjero, donde los concursantes tiene de todo menos comida. Los doce
candidatos, 6 hombres y 6 mujeres, tienen entre 20 y 28 años y gozaban de un
estado de salud excelente. El premio por pasar hambre, una renta vitalicia de
1000 dólares al mes.
Expediciones por la jungla urbana buscando comida
En realidad la cosa pinta más grave de lo que es.Los conscursantes reciben cada
día patatas, pasta, mantequilla, y una bebida con 2.000 calorías y compuestos
vitamínicos. Ésto garantiza la supervivencia de los concursantes en el
contenedor. Caso de que esta dosis no sea suficiente y los concursantes no
consigan otra cosa, pueden comprar alimentos dentro de la casa pero a precios
desorbitados. Por ejemplo, una barrita de chocolate cuesta 3.000 dólares.
A pesar de eso, dos de los candidatos son enviados fuera del contenedor a buscar
comida. El problema es que el contenedor está situado en una ciudad que los
concursantes desconocen, está situada fuera de Rusia, y donde no se habla ruso.
Las experiencias de los concursantes por la gran ciudad, son la salsa del
programa y se emiten en pantalla situaciones tan controvertidas como mendigar
por las puertas, por restaurantes, buscar trabajo, e incluso llegar al extremo
de acercarse a la prostitución. Estos problemas son el alimento del show que
cada día tiene lugar en Berlín, sede elegida por la productora rusa TNT para
instalar el contenedor de Golod (traducido literalmente, hambre)
¿Instintos criminales de supervivencia?
Ante el temor de la policía alemana por esta clase de show y sus consecuencias,
la casa de Golod recibió una visita de los agentes alemanes que querían
comprobar si existía peligro de inanición o de que los concursantes incurrieran
en actos ilícitos para conseguir la comida. El peligro de caer en la
delincuencia para conseguir el botín ya está solucionado. Cada vez que sale una
expedición de la casa, dos cámaras móviles siguen a los concursantes por las
calles, filmando todos sus actos. Según los datos de la policía alemana, todos
los concursantes están ahí voluntariamente y no padecen síntomas de daños
psicológicos. Además su supervivencia no peligra debido a que tienen lo
necesario para sobrevivir los más de tres meses que permanecerán en la casa.
En Rusia el concurso levanta pasiones entre los telespectadores. Alcanza una
cuota de pantalla del 11% y todos siguen las aventuras de los supervivientes
rusos en una capital, símbolo del estado de bienestar. La televisión rusa está
haciendo una particular versión de los reality shows, y por lo visto, triunfan.
No todos los juegos son tan perversos como ‘Golod pero tienen sus
particularidades. Por ejemplo una versión de Operación Triunfo cuyos alumnos de
música son peligrosos criminales que cantan desde la prisión, o versiones del
Gran Hermano que giran más en torno a lo sexual que a la convivencia. En
definitiva, todo vale pera el negocio del espectáculo. Sobre todo, si trae
dinero.
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