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De acuerdo al informe anual de la Asociación de la Industria
Discográfica Estadounidense (RIAA, en inglés), divulgado hoy, la venta ilegal de
música latina aumentó un 34 por ciento el año pasado, un alza de diez puntos con
respecto al año anterior.
Esto significa que la música latina en EEUU, donde reinan
Enrique Iglesias, Jennifer López y Juanes, entre otros, es el género más
pirateado de la industria discográfica, a pesar de que sus ventas sólo
representan el cinco por ciento de todo el sector.
Rafael Fernández, vicepresidente para música latina de la
RIAA, informó que "durante 2003 se confiscaron más de medio millón de discos
ilegales en Florida, Texas y Carolina del Norte", donde existe gran cantidad de
residentes latinos.
"La piratería ha sido una catástrofe en los últimos años
para la industria", reconoció John Echevarría, presidente de Universal Music
Latino, quien añadió que los ingresos han disminuido en un 25 por ciento.
"El fenómeno ha impactado nuestras ganancias, lo que ha
determinado reestructuraciones y recortes de presupuesto", agregó.
Diversos ejecutivos de las empresas que producen música
latina en EEUU han reconocido que la piratería, sumada a las descargas de
Internet, la falta de nuevos artistas y las, a veces desmedidas demandas de
éstos, son un "grave problema".
George Zamora, de Warner Music Latina, dijo que la industria
está pasando por su "período más turbulento", y que su empresa busca
activamente nuevos talentos musicales y estrategias novedosas para tener una
mayor presencia en el mercado.
Jorge Pino, de EMI Latin Music, señaló que una manera de
superar la crisis es buscar de una forma agresiva nuevos cantantes,
especialmente cantautores.
En relación al tema de la piratería, todos los ejecutivos
coinciden en que es necesario una acción decidida de las autoridades y de las
empresas para acabar con el problema de la venta ilegal de discos.
Por su parte los ejecutivos de RIAA agregaron que además de
estas acciones es necesario desarrollar campañas para cambiar la "cultura" de la
mayoría de los emigrantes a EEUU que provienen de Latinoamérica, ya que ahí
"la adquisición de discos ilegales es una costumbre generalizada".
Se trata de un problema sociológico, no económico, añadieron.
De acuerdo a la RIAA, otras minorías que tienen ingresos
similares a la hispana, como la afro-americana y la asiática, no compran tantos
discos "pirateados".
A este hecho se suma que 25 por ciento de las copias ilegales
que se decomisan en Estados Unidos proceden de América Latina, según la RIAA.
Sin embargo, más allá de las interpretaciones sociológicas y
de la aplicación estricta de las leyes que prohíben la venta de copias ilegales
de discos en EEUU, muchos consumidores piden una solución más simple.
"Bajen los precios", dijo Elías Fernández, un cliente
de un negocio de ventas de discos latinos en Miami.
"A veces cuesta entender como cobran hasta 15 dólares, o
más, por un disco que es puro paquete publicitario y que, además, se puede
conseguir por tres dólares en la calle", agregó.
La RIAA también opina que una de las armas para la guerra contra la piratería es
la disminución de precios.
Cuán efectiva sea está por verse: diversas productoras de
discos latinos en EEUU han comenzado a sacar compactos "económicos", aunque con
menos temas que los usuales. |