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Agencias - Un ofertante anónimo pretende vender, por
un precio de salida de 220 euros, esa reliquia carcelaria de Krenz, quien el
pasado día 18 abandonó la prisión tras cumplir parte de la condena a seis años y
medio por las muertes del Muro de Berlín.
El propio ex-dirigente germano-oriental dijo, el mismo día de
salir de prisión, haber firmado numerosos autógrafos para sus compañeros de la
cárcel, con quien dijo haber mantenido buenas relaciones, informa en su edición
de hoy el popular diario "Bild".
El rotativo pone en duda la autenticidad del autógrafo, al
parecer dejado en la funda de la almohada por Krenz, quien ha eludido
pronunciarse al respecto.
"No quiero pronunciarme sobre ello", afirma el
ex-líder de la RDA en declaraciones a ese medio. Krenz, de 66 años, había
ingresado en prisión el 13 de enero de 2000, un día después de que el Tribunal
Constitucional alemán rechazase su último recurso contra la sentencia que le fue
dictada en 1997 y que nunca aceptó, ya que se consideraba víctima de una
justicia de "vencedores sobre vencidos".
Tras unos meses de vida carcelaria, se le concedió régimen
semi-abierto tras aceptar una oferta de trabajo como representante de una
empresa de artículos ortopédicos.
Krenz tomó el relevo a Erich Honecker como jefe de
Estado y del partido de la RDA en octubre de 1989, unas semanas antes de la
caída del Muro, y permaneció en el cargo hasta diciembre de este año.
A lo largo de las sucesivas etapas judiciales, los abogados
de Krenz pidieron la absolución con el argumento de que no trasgredió las leyes
de su país, la RDA, y que en los pocos meses que estuvo en el poder trató de
humanizar el sistema fronterizo germano-oriental.
El proceso contra Krenz estuvo enmarcado en la serie de
juicios por las muertes de fugitivos germano-orientales, iniciados después de la
reunificación tanto contra antiguos responsables del extinto régimen comunista
como contra soldados de fronteras
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