Aunque el día 27 de diciembre ya se empezaron a emitir varios
espacios en español, en periodo de prueba, el primer programa en castellano,
oficialmente hablando, apareció en las pantallas chinas a las 8 de la mañana de
hoy, con el título "Observando el Mundo".
La productora ejecutiva de la programación en español, Ye
Lulu, declaró a EFE que el objetivo de este "mini-canal", que por ahora sólo
emite cuatro horas diarias, es "algo tan simple como permitir a la gente de
habla hispana conocer China, y a la vez que nuestro país conozca al resto del
mundo".
En los próximos meses, estos programas serán sólo una parte
del canal internacional de la Televisión Central China (CCTV-9), que hasta ahora
emitía íntegramente en inglés, pero se espera que ya en octubre de este año el
español tenga un canal propio en China.
De la misma forma, los programas que se emitirán en esta
primera andadura son traducciones al castellano de otros espacios en inglés o en
chino mandarín, pero también en el próximo otoño se confía en tener producciones
propias, más centradas en lo que le pueda interesar a España y Latinoamérica.
Ye destacó que en el futuro la televisión china pretende
emitir en todos los idiomas más hablados del mundo, como el francés, el ruso o
el árabe, pero que de momento se ha optado por el español "porque es uno de los
idiomas más hablados en el planeta, y es usado por más de 300 millones de
personas".
La responsable de programas también destacó que otra razón
para primar el español ha sido la presencia de una cada vez mayor comunidad de
hispanohablantes en Pekín, lo que ha facilitado la contratación de periodistas,
traductores y otros profesionales cuyo idioma nativo es el castellano.
En la nueva televisión china en español ejercen ya como
"expertos" (palabra con la que en China se designa a los extranjeros que
trabajan para el Estado) unos 25 hispanohablantes de Argentina, Colombia,
España, Estados Unidos, México y Perú.
La periodista española Lucía Cimadevilla, una de las
embarcadas en este nuevo proyecto, destaca la importancia del nuevo canal como
divulgador "no sólo de las antiguas tradiciones chinas, como por ejemplo la
Opera de Pekín, sino también de lo más actual de la cultura de este país".
Cimadevilla también resalta la gran oportunidad de trabajo
que el nuevo canal puede suponer para periodistas de España o América Latina,
"ya que el programa va a necesitar cada vez más profesionales de los medios, a
medida que se consolide".
La periodista anima a los jóvenes españoles y
latinoamericanos a que sigan su ejemplo y den el gran salto adelante a las
pantallas chinas, ya que "vivir en este país es una interesante experiencia, a
la que se le une el poder entrar en el mundo de la televisión".
Por ahora, la sugerente idea de ver en el extranjero
programas en español procedentes de China está aún a medio hacer, pues la
Administración Estatal de Radio y Televisión todavía tiene que firmar acuerdos
con sus homólogas en el mundo de habla hispana para que la nueva programación
esté al alcance de los hispanoamericanos.
Sin olvidarse de España, el nuevo "canal" español pone sus
miras especialmente en Latinoamérica, donde muchos países mantienen fuertes
lazos culturales con China (caso de Cuba, o de México) o tienen una importante
población que es descendiente de inmigrantes chinos (Perú, Venezuela, etc).
Por ello, se ha escogido la franja horaria de entre las 8 y
las 12 de la mañana (hora china), que equivale a la madrugada en España pero que
en América Latina coincide con los momentos de mayor audiencia, en la
tarde-noche.
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