Antes de que tome esta decisión, en principio durante el
verano, Microsoft deberá demostrar que el cumplimiento de las medidas impuestas
por la Unión Europea pueden causar un "daño irreparable" y justificarlas en base
fundamentos de derecho y jurisprudencia existente.
Una vez estudiado el caso y conocidas sus argumentaciones, el juez podrá decidir
si deniega la petición, suspende las restricciones en su conjunto o bien solo
una de ellas. Ya este Juez danés se pronuncio en el 2001 en contra de una orden
de la Comisión que obligaba a la farmacéutica alemana IMS Healt a facilitar su
base de datos a empresas rivales.
Por supuesto, existe una segunda, final instancia: la Corte Suprema. Pero
sólo entraría en juego si el juez rechazase la apelación. A su vez, Microsoft
tiene casi 70 días para fundamentarla. Pero Vesterdorf dispone de un arma de dos
filos: la facultad de suspender o no los efectos de las sanciones
Derrota Política
En caso de que el Juez aceptará la petición de Microsoft, el tema iría para
largo. Ayer mismo la multinacional del software hablaba de un plazo de entre
cuatro y cinco años para una resolución definitiva, lo que significaría un error
importante la vía seguida por Monti para abordar el caso negándose a una
solución pactada.
Ya que durante ese tiempo Microsoft ya habrá lanzado su nueva
versión de sistema operativo, Longhorn –un Windows con gráficos
tridimensionales y donde la multimedia esta integrada directamente con el
sistema operativo-, lo que congelaría cualquier otra demanda de naturaleza
similar.
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