Se calcula que unos 15.000 soldados privados prestan servicio
en Irak. La mayoría de estos, desempeñan tareas de alto riesgo, como
velar por la integridad de los altos funcionarios civiles occidentales
asentados en el país asiático, empresarios y personas implicadas en la
reconstrucción iraquí.
Una de las compañías con mayor experiencia en este terreno es
"Blackwater" a la que pertenecían los cuatro guardias
privados estadounidenses linchados el pasado miércoles en la cruenta
emboscada en la localidad de Faluja.
400 Compañías, 15.000 soldados
Aunque Blackwater ha saltado a las
páginas de los periódicos por la perdida de cuatro se sus miembros, no es la
única que opera en el país árabe. La británica Global Risk Strategies
defiende el cuartel General de Basora, la citada Blackwater"
se encarga de la seguridad del administrador civil de Estados Unidos en
Irak, Paul Bremer, y cerca de otras cuatrocientas empresas
vienen operando en Irak, protegiendo a periodistas y
personalidades que visitan Irak, escoltando
convoyes de transporte, y cuidan yacimientos de petróleo, bancos, barrios
residenciales y edificios de oficinas.
Las empresas británicas del sector son populares, en gran medida debido a la
reputación del regimiento Special Air Service (SAS), cuyos ex integrantes
dirigen y operan muchas de estas firmas. Aseveran que mantienen en el campo el
doble de hombres que sus contrapartes estadounidenses.
Se estima que alrededor de 15 mil de estos funcionarios pertenecientes a 400
empresas diferentes funcionan en suelo iraquí. El número no es menor, puesto que
constituirían la segunda fuerza más numerosa, detrás del ejército
norteamericano, e incluso por delante de las milicias británicas, que cuentan
con un total de 8.700 soldados en Irak.
Según reportó el diario británico "Daily Telegraph", a tanto ha llegado su
importancia, que hasta las mismas tropas de ocupación estadounidenses les
delegan cada vez más tareas. Para esto, los expertos argumentan motivos muy
simples: hay poco personal militar disponible para realizar tareas como proteger
a los funcionarios y diplomáticos.
Tal como lo señaló a "The New York Times" Peter W. Singer, autor del libro "Los
guerreros corporativos", se trata de un nuevo fenómeno: "canalizar los servicios
militares privados y ponerlos a hacer el trabajo que antes solían hacer los
soldados que funcionan en la línea de fuego".
Según David Claridge, gerente general de Janusian, una firma de seguridad
radicada en Londres, Irak le ha dado un significativo impulso a las compañías
militares privadas de Reino Unido: sus ingresos han pasado de 320 millones de
dólares antes de la guerra a 1,8 millardos de dólares, lo que convierte la
seguridad en el sector de exportación más lucrativo de
Reino Unido a Irak después de la guerra.
Miembros de cuerpos de élite
Es un negocio lucrativo. Un equipo de cuatro ex combatientes del SAS en
Bagdad puede costar hasta 5.000 dólares diarios para misiones básicas, explica
un experto en seguridad. Precio que puede dispararse tras la masacre de la
pasada semana y también en relación a la actividad a realizar.
Entre los empleados de estas instituciones proveedoras de verdaderos rambos,
figuran estadounidenses y británicos -en su mayoría ex militares-, gurkas de
Nepal, y hasta algunos ex militares chilenos. Todos ellos con
experiencia probada y pertenecientes a los cuerpos de elite del ejercito
estadounidense o británico.
Reconocerlos no es tarea difícil: la mayoría tiene entre 30 y 40 años, cultivan
cuerpos musculosos, usan pelo rapado y lentes Ray-Ban, como los de Tom Cruise en
la película "Top Gun" y una apariencia que parece recién
salida de "La teniente O´Neil (G.I.
Jane)".
Aunque no todos son "blancos" ni "occidentales".
Mientras los 1000 efectivos que tiene desplazados "Global
Risk" en la zona provienen de los cuerpos de elite de los ejércitos
occidentales, su competidora ArmorGroup
(también
británica) emplea a 700 gurkas. Las brigadas de Erinys que protegen
los oleoductos son predominantemente iraquíes.
Un buen sueldo
No solo ganan dinero las compañías de seguridad, también estos "soldados de
película" se llevan sus buenos honorarios, muy por encima de lo que ganarían en
aquellos ejércitos que les formaron y les dieron el entrenamiento adecuado.
Entre 100 mil y 200 mil dólares al año, sin
mencionar tareas extras que les pueden reportar hasta mil dólares diarios,
evaluó los ingresos que obtienen estos mercenarios por sus servicios el diario "The New York Times".
Gracias a estos sueldos viven en las casas más lujosas de las urbanizaciones más
caras de Bagdad. Sus ocupantes comparan sus armas automáticas personales,
reabastecen los bares y llenan nuevamente de agua las elegantes piscinas de los
antiguos jefes del partido Baas.
Sin embargo, no todos los mercenarios perciben el mismo sueldo ni "tienen
reconocida la misma categoría". Los occidentales son los más caros y los más
apreciados y su salario es de 15.000 dólares mínimos mensuales. En segundo lugar
los pertenecientes a los llamados terceros países: gurkas (9.700 dólares)
sudafricanos, filipinos y soldados de las islas Fiji (6.000 dólares) y
sudamericanos (ex militares chilenos y argentinos) entre 1.500 y 3.000 dólares
mensuales. Y por último, los "iraquíes", cuyo salario no pasa de 150 dólares
mensuales.
Incluso, más de un experto se ha atrevido a predecir que los altos salarios
que estas compañías ofrecen a sus "soldados" están provocando
un alto número de deserciones entre las fuerzas aliadas.
Es el caso de los SAS (las fuerzas especiales británicas). Se calcula que en
Irak hay más exmiembros de estas fuerzas que en el propio regimiento (300
efectivos). Y antes de finalizar el 2003, unos 40 miembros en activo solicitaron
abandonar esta unidad de elite para enrolarse en las empresas de seguridad
privadas. Los buscadores de talento militar, según quienes critican esta
situación, corren el riesgo de convertir el cuerpo élite del Ejército británico
en poco más que una escuela de adiestramiento para las compañías militares
privadas.
Uno de los solados linchados fue quien adiestró a Demi Moore para "La
Teniente O'neil" |
Entre los cuatro
funcionarios de seguridad privados que fueron torturados y linchados por una
turba de iraquíes el pasado miércoles, se encontraba Scott Helvenston, otrora
miembro de las Fuerzas Especiales.
Tras servir doce años en la Armada de Estados Unidos, Helvenston, de 38 años,
comenzó una carrera como personal
trainer, lo cual lo llevó incluso a trabajar como doble en reconocidas películas
como "Contracara" (protagonizada por Nicholas Cage y John Travolta). Asimismo,
preparó a algunas estrellas para papeles de acción, tal como lo hizo con Demi
Moore, a quien puso en forma para su papel como una marine en la película "G.I.
Jane".
Helvenston se unió a la Armada cuando tenía tan sólo 16 años, y según sus
colegas, siempre se jactaba de haber sido el graduado más joven de las fuerzas
especiales de la Armada estadounidense, más conocida como SEAL, de las cuales
incluso se convirtió en instructor. |
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