La investigación empezó tras las denuncias interpuestas el pasado
mes de septiembre de 2003 por dos comercios virtuales, uno con sede
en Madrid y otro en Tenerife, que detectaron más de mil operaciones
fraudulentas en el primer caso y unas cuatrocientas en menos de diez
días en el segundo, según informó hoy el Ministerio del Interior en
una nota.
Además, una de las personas afectadas denunció en Cádiz que
recibía cargos en su cuenta bancaria por compras que no había
realizado a pesar de que su tarjeta estaba en su posesión, por lo
que también se inició desde esta Comisaría una tarea
de investigación y se detectó que había muchos más
perjudicados.
El resultado de la operación fue la desarticulación de un clan
familiar que adquiría de manera fraudulenta material informático y
recargas de teléfonos móviles que después vendía a través de
internet o vía telefónica.
Según informa el comunicado, los autores eran "hackers" con
amplios conocimientos de informática que se conectaban a internet
durante la noche y dormían por el día y utilizaban numeraciones de
tarjetas bancarias ajenas para realizar compras por la red.
A continuación, los presuntos delincuentes ofertaban los
productos a un precio entre un 50 y un 60 por ciento del valor de
venta al público y recargas telefónicas con ofertas del "15x30", de
manera que se pagaban 15 euros a cambio de una recarga de 30.
Durante la operación, desarrollada por agentes adscritos a la
Unidad contra la Delincuencia y el Crimen Organizado (UDyCO) de
Cádiz especializados en delitos tecnológicos, en colaboración con la
Comisaría de Algeciras, Ciudad Real y la Brigada de Investigación
Tecnológica de Madrid, también se intervino numeroso material
informático, documentos y diversos efectos relacionados con la
comisión del delito tras el registro de dos viviendas.
Los detenidos, identificados como L.R.O. de 27 años y con
antecedentes por los mismos hechos, I.R.O. de 22 años, Y.R.O. de 20
años, A.R.B. de 47 años y con antecedentes por estafa, D.L.Z. de 27
años, F.D.S.F. de 24 y F.J.S.G. de 28 años, llevaban más de un año y
medio realizando estas estafas y destinaban las ganancias a la
compra de vehículos, pago de alquileres de viviendas y compra de
material informático y de telefonía.
Según la nota, alrededor de un 30 por ciento de los estafados
interpuso denuncia, mientras que la Policía contactó con otras
personas que no se habían percatado del uso fraudulento de sus
tarjetas para que las cancelaran.
Los investigadores continúan las gestiones para esclarecer el
entramado de la estafa, localizar a todas las personas afectadas y
valorar el alcance total del fraude, informa EFE.
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