Se trata de los portales de la firma Extinctions, con sede en la ciudad
norteamericana de Colorado Springs, que ofrecen sobre todo dientes y huevos de
dinosaurios a precios que van desde los tres hasta los 595 dólares.
Para adquirir las piezas paleontológicas y arqueológicas, sólo basta con
visitar las direcciones www.fossil-plants y www.dinostore.com, que poseen uno de
los mayores y más completos catálogos en línea.
Por ejemplo, un cono de araucaria del Cerro Cuadrado de la sureña provincia
de Santa Cruz, al que se califica como "un maravilloso espécimen del Jurásico
argentino", se ofrece a 295 dólares.
Un diente de carnosauro, identificado como unos de los más raros dinosaurios
conocidos, cuesta 595 dólares y procede de Río Negro, otra de las provincias de
la Patagonia, donde los hallazgos de este tipo son muy frecuentes.
En este país existe desde 1913 una ley que declara que los yacimientos
arqueológicos y paleontológicos son propiedad del Estado y que las exploraciones
sólo pueden autorizarse con fines de investigación científica.
Además de que el año pasado se aprobó otra norma con nuevas regulaciones, en
Argentina rige desde 1973 un tratado internacional de la Unesco que prohíbe la
circulación de bienes culturales adquiridos ilegalmente.
En el caso de las piezas arqueológicas que se ofrecen tanto a través de
internet como por otros medios, su extracción corre por cuenta de lugareños que
saquean yacimientos abiertos por los científicos.
"Cuando nosotros, después de un tiempo, volvemos a un sitio para seguir
trabajando, encontramos que hubo gente que lo destapó y se robo cosas",
explicó la directora del Instituto Nacional de Antropología, Diana Rolandi.
Otra fuente son los robos a museos, como por ejemplo el que sufrió en
diciembre pasado uno de la ciudad de Bariloche, situada a unos 1.700 kilómetros
al sur de Buenos Aires, de donde desconocidos se llevaron un huevo de dinosaurio
y otros objetos.
En los últimos años, el Estado salió a combatir con más energía el tráfico
ilegal de estos bienes a través de cursos dictados a funcionarios policiales y
aduaneros para que puedan distinguir las piezas arqueológicas y los restos
fósiles.
Entre abril y agosto del año pasado, la Aduana realizó tres procedimientos en
el aeropuerto internacional de Buenos Aires en los que se confiscaron 2.270
fósiles, entre restos de invertebrados, huevos de dinosaurios y conos de
araucaria petrificados.
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