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Agencias - Como resultado de la operación, llevada a
cabo por agentes del Grupo de Delitos Informáticos de la Jefatura Superior de
Policía de Cataluña el pasado mes de noviembre se detuvo en noviembre a una
persona con pasaportes de Estonia y de Hungría y con una carta de identidad
húngara a nombre de personas diferentes; y a otra con pasaporte de Estonia,
informa EFE.
Ambos están acusados de los delitos de estafa, robo con fuerza, usurpación del
estado civil, apropiación indebida y de otros tres delitos de falsificación de
documentos, y han ingresado en prisión por orden del juez. Según la Policía, los
detenidos infectaban el ordenador de las víctimas, en la mayor parte de los
casos empresas de diferentes sectores, con un virus del tipo "troyano". Cuando
el teclado del PC infectado recibía una serie de pulsaciones que los
delincuentes habían programado, el "troyano" se ponía en marcha, por lo que
capturaba y transfería toda la información del ordenador a una cuenta de correo
electrónico.
El "troyano" capturaba la información relativa a las claves de acceso de las
cuentas corrientes y a las de conexión de las víctimas. Los estafadores abrían
cuentas en diferentes bancos con documentación falsa y utilizaban la información
de las cuentas de las víctimas para realizar transferencias on line a las
cuentas que acababan de abrir. Finalmente, los estafadores extraían o
transferían el dinero a terceros países mediante el uso de tarjetas de débito o
bien a través de Internet, cuyo paradero final es prácticamente imposible de
rastrear.
La Policía destaca el modo de actuar de esta banda, que requiere un reparto de
tareas, conocimientos informáticos de alto nivel, falsificación de documentos y
una ejecución (apertura de cuentas y extracción o transferencias) precisas. Las
fuerzas de seguridad también alertan de que la banca por Internet se está
potenciando por sus beneficios de cara a la empresa y al consumidor, y que ello
puede hacer aumentar este tipo de delitos.
Según la Policía, la dificultad también reside en ubicar e identificar la
máquina de donde procede el programa que se instala en los ordenadores de las
víctimas, identificar a los que realizan las falsificaciones documentales,
localizar e identificar el ordenador "asaltado" y a las personas que se
trasladan a los diferentes países para abrir cuentas corrientes con identidades
falsas.
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