"Lo que ha podido haber de sentimiento de país-identidad puede durar algún tiempo, pero al final se tiene en cuenta la mejor calidad-precio", respondió Ardanza. Esto no le impidió admitir que el mercado vasco está "saturado", con 1,5 millones de líneas de telefonía móvil y 1,2 millones de líneas fijas. "Ya no se trata de buscar nuevos mercados, sino de ganar mercado a la competencia", explicó.

Actualmente, Euskaltel tiene el 24% de los clientes vascos y está generando beneficios, que a finales de año podrían alcanzar los 15 millones de euros. La salida a Bolsa no es una prioridad por el momento, aunque Ardanza admitió que esto dependerá "de la decisión estratégica que adopten los accionistas". En lo que a la expansión se refiere, Euskaltel ya intentó en su momento expandirse fuera de la Comunidad Autónoma Vasca a través del portal Canal21, que daba incluso conexión a Internet gratuita.

La rivalidad entre Telefónica y el operador que preside Ardanza se endureció a partir de 1999, cuando el antiguo monopolio empezó a apercibirse de que su cuota de mercado estaba cayendo en picado en Euskadi, cosa que no ocurría en otros puntos. Tras una primera etapa de convivencia cordial, Telefónica decidió contraatacar con ofertas agresivas a grandes clientes y con dos demandas judiciales contra sendas instituciones que habían favorecido presuntamente a su contrincante.

El último capítulo de esta guerra comercial se está viviendo estos días en la Diputación de Gipuzkoa, donde las dos empresas compiten por el contrato de gestión de la telefonía. Según Expansión, la oferta de Euskaltel es más económica que la de Telefónica, Comunitel y Vodafone, las otras compañías que tratan de hacerse con este concurso. Sea cual sea la decisión final de la Diputación de Gipuzkoa, conseguirá rebajar las tarifas que paga actualmente en un 50%.