Hace varias semanas, la periodista Elena Lappin viajó a
Los Ángeles por encargo del diario británico The Guardian. Jamás llegó a
realizar su trabajo porque no contaba con un visado especial que el Ministerio
de Protección a la Patria –creado en EEUU a raíz del 11 S- exige a los
reporteros extranjeros que llegan al país. Este lunes, el ministro del Interior,
José Antonio Alonso, anunció la intención del Gobierno español de ejercer un
mayor control sobre las informaciones. |
EL CONFIDENCIAL DIGITAL - Toda la prensa española ha dado
amplio eco este martes a la comparecencia del ministro del Interior en el
Congreso, en la que anunció una batería de iniciativas legales encaminadas a
combatir el terrorismo. Aludiendo a las filtraciones a la prensa del sumario
sobre los atentados del 11-M, José Antonio Alonso explicó que “la información
operativa debe ser filtrada y controlada por los profesionales”.
Estas palabras coinciden, con unas semanas de distancia, con la odisea sufrida
por la enviada especial de The Guardian en los Estados Unidos. Según ha
informado Deutsche Welle, Elena Lappin fue tratada como una criminal nada más
desembarcar en la ciudad de Los Ángeles: fue esposada y llevada a una cárcel
para detenidos pendientes de extradición.
Tras pasar la noche en una diminuta celda, con baño a la vista, fue escoltada
hasta el aeropuerto. Allí pasó el día vigilada por ocho empleados de seguridad,
que le contestaron a gritos cuando pidió por cuarta vez algo de comer. Poco
después, pudo coger un vuelo de regreso a Londres.
Estados Unidos decidió restringir la entrada de periodistas a su país tras los
trágicos sucesos del 11 de septiembre de 2001. Una de las primeras medidas
adoptadas por el Ministerio de Protección a la Patria fue la creación de un
visado especial para periodistas. La nueva reglamentación sorprendió entonces a
14 reporteros que, por falta del mencionado permiso, también fueron esposados,
trasladados a la cárcel, interrogados durante horas y, finalmente, extraditados.
El nuevo régimen exige que los informadores aclaren el motivo de su presencia en
Norteamérica y dejen claro qué tipo de noticias van a buscar, complicando así el
trabajo de los profesionales autónomos o que se desplazan sin un objetivo
determinado sino más bien a la caza de algún reportaje inédito que luego puedan
vender a los medios.
Asociaciones de periodistas como la “International Federation of Journalists”
o el “International Press Institute” han enviado sus quejas al Ministerio
de Protección a la Patria y al ministro de Relaciones Exteriores de EEUU, Colin
Powell. |