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Pierre Bardon, presidente de la Asociación Francesa de
Operadores Móviles (AFOM), negó el miércoles que Orange (del grupo France
Télécom), SFR (de Vivendi Universal) y Bouygues Telecom (grupo Bouygues) hayan
podido tener algún tipo de interés en el creciente fenómeno de los robos de
teléfonos en el país.
"El robo supone siempre un coste económico para el operador", dijo en rueda de
prensa sin proporcionar estimaciones.René Russo,
delegado general de la AFOM, aseguró que el coste se estimaba en "varias docenas
de euros" por aparato sustraído.
Algunas asociaciones han denunciado en los últimos años la
lentitud para reaccionar de los operadores, alegando que los cobros no se
interrumpían y que podían además facturar por un nuevo terminal al cliente.
Según Michel Gaudin, director general de la Policía nacional, el año pasado hubo
185.000 robos declarados, 55.000 de ellos con violencia, frente a 150.000
(50.000 con violencia) en 2002 y 117.000 (30.000 con violencia) en 2001.
Desde el comienzo del año, el fenómeno se ha incrementado con
rapidez.
"Lo que deseamos es que el teléfono robado pierda su valor de mercado", explicó.
Un cliente víctima de un robo debe siempre informar a su operador para que éste
bloquee las comunicaciones. Dando el número del aparato (el código EMEI), podrá
conseguir que el teléfono no sirva para ninguna red. Los tres operadores han
acordado crear una base de datos común.
Para Pierre Bardon, el robo se ha convertido en un auténtico problema para la
sociedad ya que el país cuenta con casi 42 millones de usuarios de estos
aparatos.
Según un sondeo de TNS-Sofres, el 6% aseguró haber sido víctima personalmente de
un robo y el 3 por ciento de una tentativa de robo. Un tercio dijeron conocer a
una víctima. Esta proporción se incrementa hasta el 57 por ciento en el caso de
los jóvenes. |