Las cabinas de teléfono desaparecerán en poco tiempo de los
países miembros. La Unión Europea (UE) revisará en el plazo de un año la
obligación de los Estados miembros de proveer un "servicio universal" de
telefonía, a fin de acelerar la desaparición de los teléfonos públicos.
Poco utilizadas a causa de la generalización de la telefonía móvil, caras de
mantener y objeto de vandalismo sistemático, las cabinas de teléfono se han
convertido en una carga para los operadores históricos de telefonía, como
Telefónica, France Telecom o Belgacom, que reclaman una revisión de las
obligaciones de este servicio público más acorde con los tiempos presentes, en
que el teléfono móvil se ha generalizado.
En julio de 2003 entró en vigor la directiva 2002/21/CE sobre "servicio
universal y derechos de los usuarios relacionados con las redes y servicios de
comunicaciones electrónicas", que ya supuso un paso atrás en la exigencia a los
Estados miembros de mantener una red amplia de cabinas. Pero "el alcance de esta
norma será revisado en julio del año próximo, lo más pronto que permite el
texto, porque fue redactado en un tiempo en el que no había el alto nivel de
penetración de la telefonía móvil que se registra hoy en día", aseguraron
fuentes de la Comisión Europea.
La directiva en vigor, en su artículo dedicado a los "teléfonos públicos de
pago", establece que la autoridad reguladora nacional puede imponer obligaciones
para garantizar la existencia de una red de cabinas "para hacer frente a las
necesidades razonables de los usuarios finales en términos de cobertura
geográfica, número de teléfonos, acceso a ellos por parte de discapacitados y
calidad del servicio". Sin embargo, precisa que esta misma autoridad nacional
"puede decidir no imponer estas obligaciones en todo su territorio o parte de
él, si está satisfecha con que estas instalaciones o unos servicios comparables
estén al alcance del público de modo generalizado", una condición que deberá ser
discutida con las "partes interesadas".
Esta redacción deja margen para una amplia interpretación, si se considera que
la generalización del teléfono móvil puede asimilarse a lo que el texto denomina
"servicios comparables". Pero la revisión prevista para el próximo año pretende
ir más lejos y dar por sentado el carácter excepcional de la cabina telefónica
como servicio público.
Alternativas
En los últimos cinco años, las cabinas han sucumbido al éxito del teléfono móvil
y tanto los operadores históricos como los ayuntamientos se plantean soluciones
alternativas a su simple desaparición. Una de ellas está siendo probada en Nueva
York por la empresa Verizon y en Toronto por la compañía Bell Canada, y consiste
en la conversión de las cabinas en puntos de conexión "Wi-Fi", el sistema que
permite la conexión a Internet sin hilos en un determinado radio de acción del
dispositivo que emite la señal codificada.
Otra idea que se está llevando a la práctica, entre otras compañías, por
Telefónica, consiste en transformar algunas de estas cabinas, en principio sólo
las que estuvieran situadas en aeropuertos, centros comerciales o estaciones, en
"cabinas multimedia", que ofrezcan servicios como navegar por Internet, acceder
al correo electrónico personal, enviar un fax, hablar por teléfono, o mandar un
SMS.
|