La titular del juzgado de Instrucción número 9 de Sevilla, María José Pereira,
ha procesado al informático J. C. C. S., que está imputado por un delito contra
los sentimientos religiosos, por haber creado el polémico videojuego Matanza
Cofrade, que consistía en matar supuestos nazarenos con una pistola virtual.
La juez, según anunció ayer Efe, ha dado por finalizada la instrucción de la
causa, al transformar las diligencias previas en un procedimiento abreviado que
se dirige contra este programador informático de Utrera. Sin embargo, la
magistrada ha dejado fuera a un segundo imputado, un empleado de la casa
discográfica de Madrid que incluyó el juego como una pista interactiva en el
último CD del grupo de rock Narco, titulado Registro de Penados y rebeldes.
El delito que en principio se imputa al informático J. C. C. S. se recoge en el
artículo 525 del Código Penal, que castiga con multa de ocho a 12 meses a
quienes para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa
"hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de
documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen,
también públicamente, a quienes los profesan o practican".
Se trata del mismo delito por el que la Audiencia de Sevilla ha absuelto
recientemente a un joven que colgó en una página de Internet textos e imágenes
soeces de la Virgen de la Esperanza de Triana. La decisión del tribunal, que
revocó la condena de 1.440 euros que inicialmente había impuesto un juzgado de
Sevilla, ha causado la indignación en el mundo cofradiero. En este sentido, el
Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla ha denunciado públicamente
que la sentencia de la Audiencia ha abierto un camino "extraordinariamente
peligroso para la salvaguarda de las creencias religiosas", no sólo de los
miembros de las distintas hermandades de Sevilla, sino de "todos los
católicos en general".
El abogado Rafael Guillén, que defiende al programador de Utrera, consideró ayer
que a la vista de esta sentencia la juez debía haber archivado la causa. "El
caso de la Esperanza de Triana tuvo una mayor repercusión social que el
videojuego, donde además no se han manipulado ni tergiversado las imágenes
religiosas, ni hay ningún insulto ni vejación porque ni siquiera se puede
disparar contra estas imágenes" del Gran Poder, la Macarena o el Cristo de
la Salud de San Bernardo. La Fiscalía pidió a la juez que procesara al
informático por delitos contra los sentimientos religiosos y de propiedad
industrial, al tratarse de imágenes registradas como marca. |