Michael Johnson, un psicólogo estadounidense experto en
adicciones sexuales, consultado por el diario británico “The Independent”,
afirma que “por supuesto, en los avisos las mujeres parecen halagadas,
participantes voluntarias de la intrusión. Pero en realidad yo dudo que una
mujer vea esas fotos invasivas como algo agradable”, refiriéndose a aquellos
anuncios en que se promocionan los teléfonos móviles equipados con cámaras y en
el que un usuario va tomando fotos de las bellezas con las que se encuentra.
Las palabras del especialista nacen del diagnóstico de una desviación sexual que
ya no se puede calificar de nueva. Se trata de un símil de los paparazzi, pero
de la intimidad: sujetos que andan con su celular con cámara fotográfica,
esperando cualquier oportunidad para capturar imágenes desde debajo de las
faldas de una bella o de cualquier otra zona anatómica femenina .
Cuando aparecieron estos productos en el mercado, algunos atisbaron que podrían
aparecer estos “voyeristas profesionales”. El fenómeno ya originó numerosas
páginas web y es así que, si se coloca la palabra “upskirt” (“debajo de la
falda”) en google.com, aparecen cuatro millones de entradas.
En tanto, el sitio www.projectvoyeur.com -uno de los pioneros en pornografía
voyerista- recibe 600 mil visitas diarias; uno de sus pares,
www.privatevoyeur.com, acoge 500 mil por día. Terry, fundador de la primera,
contó a “The Independent” que “cuando comenzamos, la mayoría de las
contribuciones eran enviadas por fotógrafos normales. Hoy, en cambio, el 99,9%
de lo que recibimos proviene de cámaras digitales”.
Un arresto diario
El auge de los celulares con cámara ha llegado a tanto que se estima que sólo
este año se venderán 150 millones de estos aparatos, por lo que varios países
han tomado cartas en el asunto, alarmados por el ataque a la privacidad.
Corea del Sur, por ejemplo, está recibiendo enormes presiones para fabricar
equipos que emitan un sonido cuando saquen una fotografía, mientras que tanto en
Asia como Estados Unidos han aumentado las detenciones de estos “voyeristas
electrónicos”. Sólo en Hong Kong hay un arresto diario.
Arabia Saudita fue más lejos y prohibió los equipos. En Gran Bretaña, Australia,
Estados Unidos, Alemania, Noruega y Suiza se impide acceder con ellos a
piscinas, gimnasios, escuelas, parques y playas |