Las cámaras digitales no estaban hasta ahora incluidas en la
lista de tecnologías audiovisuales bajo las leyes de la Administración Estatal
que regula la censura en China. Desde ahora, sin
embargo, se prohíbe la emisión de películas digitales sin autorización previa de
la autoridad, y se prevén castigos y penas para quienes esquiven el control
oficial. Las minicámaras digitales han causado
sensación en el país, donde son utilizadas no sólo por motivos familiares o
turísticos, sino también para grabar películas clandestinas, documentales sobre
abusos o corrupción e incluso casos de espionaje. "La
mayor parte de los contenidos son beneficiosos, pero también hay algunos vídeos
digitales sobre temas oscuros y con contenidos negativos", dice la circular.
La nota señala que las películas "sobre religión, nacionalidad, y otros temas
sensibles deben pedir el consejo (de las autoridades) y recibir aprobación de
los departamentos relevantes del gobierno local, antes de ser emitidos".
La ley prevé también que las páginas de Internet deberán tener una autorización
para permitir bajar vídeos de la red a los usuarios. |