Así lo denunció hoy en una conferencia del I Foro Social de las
Américas el catedrático español Joan Martínez Alier, de la Universidad Autónoma
de Barcelona, al afirmar que "esos especialistas primero observan el uso
medicinal de las plantas de culturas indígenas".
"Después -añadió- sintetizan en sus laboratorios los
principios activos y los patentan, con el fin de fabricar medicamentos a gran
escala y apoderarse de importantes cuotas de mercado con fines puramente
mercantilistas".
Alier citó el caso de una empresa estadounidense que elaboró una
medicina contra el reuma y la artritis a partir de la "sangre de drago", la
savia de un árbol subtropical, pero finalmente no pudo patentar el producto y la
compañía quebró.
"Fue un caso raro, porque por lo general esas patentes son
concedidas, y de esa manera se expolia a viejas culturas sus conocimientos
tradicionales", precisó el catedrático. |