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El documental de Moore ha vendido entradas por 115 millones de dólares, con lo cual ha impuesto un récord de recaudación para películas de ese género en Estados Unidos.

Cuando ayer el senador republicano John McCain mencionó en su discurso a un "un cineasta deshonesto que nos quiere hacer creer que el Irak de Sadam (Husein) era un oasis de paz", los delegados sabían que aludía a Moore. El comentario de McCain ocasionó un prolongado abucheo y consignas de "cuatro años más" entre los delegados a la convención.

Moore, que estaba sentado en la sección de prensa porque esta semana escribe una columna acerca de la convención para el diario USA Today, pareció disfrutar la atención, elevó los brazos y respondió "dos meses más".

A una pregunta sobre las frases de McCain, Moore dijo al "New York Times": "No puedo creer que haya sido tan tonto como para hablar sobre la película y aumentar así sus ingresos taquilleros".

El cineasta Michael Moore puede reírse tranquilo. Gracias a la Convención del Partido Republicano en Nueva York su fama como mayor opositor al presidente estadounidense, George W. Bush, sigue aumentando.

Moore sigue todo lo que ocurre en el Madison Square Garden como columnista para el diario "USA Today" y se asombraba hoy en su escrito de la orientación liberal de muchos republicanos. "La mayoría no quiere que América juegue a policía del mundo", escribió, y añadió que muchos son republicanos por temor a los aumentos de impuestos de los demócratas.

El director de "Bowling for Columbine" sabe que con esas atrevidas teorías provoca a los republicanos más que si sólo los califica de dogmáticos y reaccionarios, que es lo que hace habitualmente.

"Realmente no entiendo por qué lo dejan entrar", comentan los delegados. Después de todo, Moore marchó el domingo a la cabeza de los 100.000 manifestantes que protestaron contra Bush y la guerra de Irak. El director permanece tranquilo. Este jueves llega el día más esperado por el irreverente cineasta y sus numerosos admiradores. Entonces hablará el presidente Bush en persona ante la Convención Republicana y Moore estará más cerca de él que nunca.