Agencias - El anuncio lo hizo ayer el ministro de Economía y
Finanzas, Nicolas Sarkozy, que en un comunicado indicó que la venta de esos 236
millones de acciones -cuyo número podría aumentarse a un máximo de 299 millones,
el 12,1% del capital- se realizará por medio de una colocación institucional
acelerada. La participación del Estado al término de
esta venta se situará en una horquilla de entre el 41 y el 43,5%, frente al
52,5% actual, y el dinero que se obtenga, que podría ser cerca de 5.000 millones
de euros, se dedicará al reembolso de la deuda pública.
El ministerio de Economía precisó que el Estado tiene
intención de "seguir siendo un accionista importante de France Télécom a medio
plazo". En cuanto a las razones de la cesión, subrayó
que la recuperación de la empresa llevada a cabo por la actual dirección le ha
permitido restablecer su situación financiera y realizar "operaciones
estratégicas como la reintegración de Orange y Wanadoo", y consideró que la
compañía puede ahora "asumir plenamente su parte en un mercado de
telecomunicaciones en plena mutación". "El Estado ha
acompañado, en tanto que accionista, este recorrido destacable. Suscribió, al
nivel de su participación, el aumento de capital realizado por France Télécom en
marzo de 2003. El Estado ha decidido ahora recibir una parte de los frutos de
esta inversión y reducir el endeudamiento de la nación con la disminución de su
participación en el capital de France Télécom", añadió.
El departamento de Finanzas también avanzó que la empresa
propondrá hoy a su consejo de administración, para sus necesidades propias, una
emisión de obligaciones convertibles por un monto de 1.000 millones de euros,
cifra que podría aumentarse a 1.150 millones para "optimizar sus fuentes de
financiación". El Gobierno podía disminuir su
participación en el capital de la compañía por debajo del 50% desde que se votó
a finales del pasado año una ley que autorizaba la pérdida del control
mayoritario, y que al mismo tiempo garantizaba el mantenimiento del estatuto de
funcionarios para 106.000 de sus empleados. El ministro
de Industria, Patrick Devedjian, ya había advertido en junio, cuando France
Télécom integró su filial de internet Wanadoo -que hasta entonces tenía una
cotización independiente-, que el Estado no tenía "vocación a seguir siendo
accionista mayoritario de France Télécom".
|