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Según el director general de la Asociación Multisectorial de
Empresas Españolas de Electrónica y Comunicaciones (ASIMELEC), José Pérez
García, el coste más alto corresponde al reciclaje de la batería del móvil.
Los elementos del teléfono reciclado que se pueden aprovechar
son fracciones de fibra de vidrio, plástico y metálicas, sobre todo cobre y
hierro, pero también elementos preciosos como oro y paladio, agregó.
Aproximadamente el 90 por ciento del total de las distintas
fracciones que se obtienen de un teléfono móvil reciclado resultan valorizables
y se pueden vender en el mercado.
Estos datos son resultado de una campaña del Grupo Eroski en
colaboración con Asimelec, que comenzó en el mes de abril en la zona norte de
España -País Vasco, Cantabria, Navarra y La Rioja-, en julio se amplió a
Cataluña y desde esta semana se amplió a Madrid, Guadalajara, Valladolid y
Cáceres.
La iniciativa, denominada "Tragamóvil", consiste en que en
los hipermercados del Grupo Eroski de las zonas citadas ponen a disposición de
los clientes unos contenedores especiales para recoger los móviles, sus baterías
y cargadores y accesorios, para posteriormente, reciclarlos.
En estos seis meses se han recogido 1.100 kilogramos de
móviles para reciclar -a cada kilo corresponden aproximadamente 10 móviles- es
decir, un total de más de 11.000 teléfonos.
Esta iniciativa pretende dar una solución medioambientalmente
adecuada al problema de la creciente generación de residuos de este tipo, ya que
las ventas de móviles crecen de año en año, indicó Marta Areizaga, directora de
Responsabilidad Social del Grupo Eroski.
Así, en 2001 se vendieron cerca de 8,6 millones de móviles;
en 2002, 11,5 millones de terminales; y en 2003, cerca de 14 millones de
teléfonos. El año 2000 fue un récord de ventas, en el que se compraron 17,8
millones de aparatos.
Los teléfonos recogidos en el marco de esta campaña se
someten a un proceso de desmontaje, clasificación y tratamiento en la plante de
Indumental Recycling en Bilbao. El perfil de la persona que recicla su móvil es
"un hombre de 30 a 45 años", que corresponde al perfil del cliente de los
hipercentros de Eroski, mientras que "si los contenedores se colocaran en los
supermercados, cambiaría notablemente el perfil", señaló Areizaga.
Esta iniciativa se adelanta a la normativa de la Unión
Europea, que exige una responsabilidad conjunta de todos los sectores que
participan en el proceso de fabricación del teléfono, y en ella participan hasta
el momento ocho fabricantes, agregó.
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