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Agencias - En menos de un mes, este empresario nacido en La Habana y criado en Miami ha tomado la decisión de inyectar 61,8 millones de euros (casi 10.300 millones de las antiguas pesetas) en Jazztel, una operadora de telecomunicaciones por banda ancha creada en 1997 por el emprendedor argentino Martín Varsavsky.

Aunque puede parecer una suma exagerada para una única persona, hay que tener en cuenta que, sólo con la venta del 30,25% que tenía en Telepizza, Pujals ingresó 300 millones de euros (50.000 millones de pesetas).

El que fuera combatiente en Vietnam comenzó la rueda de prensa ofrecida para explicar su proyecto invitando a los asistentes a visitar la cuadra que ha montado en Segovia para criar caballos de raza española para su exportación.

Tras esta curiosa invitación, Pujals reconoció que la posibilidad de entrar en el accionariado de Jazztel, en un principio con "sólo" 15 millones de euros, se la plantearon hace menos de un mes mientras jugaba al golf en Mallorca.

Después de estudiar la compañía llegó a la conclusión que era "un diamante al que le habían echado paja encima para que no brillara" y poder comprarla barata cuando quebrara... ¡Pues se les ha pasado el arroz!", advierte Pujals a sus futuros competidores.

Diez años después de haber creado Telepizza, la compañía ya era líder del reparto a domicilio de pizzas, con 233 establecimientos en España y presencia en Portugal, Polonia, Chile y México. Además, llegó a cotizar en el Ibex-35, durante diez años tuvo un crecimiento medio del 100% anual, absorbió a su competidora Pizza World y llegó a controlar el 65% del mercado.

Nieto de asturianos y catalanes y con nacionalidad estadounidense, Pujals pretende ahora volver a protagonizar el crecimiento espectacular de una compañía, que, en sus palabras, "me ha caído del cielo", porque "ella tiene todo lo que yo no tengo -un buen negocio que rentabilizar- y yo tengo todo lo que a ella le falta -dinero y capacidad de impulso-".

Respecto a su vuelta al ámbito empresarial, el también creador de la Fundación Elena Mederos -en memoria de su tía abuela y en contra del régimen cubano- bromeó con su preocupación de que no se resienta su hándicap, que es "de entre 8 y 14, en función de con quién vaya a jugar".

Aunque por su trayectoria alguien pudiera pensar lo contrario, Pujals se apresuró a aclarar que "la mentalidad del pelotazo no comulga con mis principios".

De hecho, el emprendedor está convencido de que podrá relanzar Jazztel, que ya tuvo su momento de gloria, cuando en el año 2000, en plena burbuja tecnológica, sus títulos se cambiaban por más de 20 euros, mientras que ahora lo hacen en el entorno de 0,25 euros.

Por entonces, la compañía estaba dirigida por Martín Varsavsky, su fundador y presidente durante los primeros años y con el que Pujals tiene algunos aspectos en común, como el de ser grandes emprendedores que, a los pocos años, obtuvieron grandes ingresos con la venta de sus creaciones.

En opinión de Pujals, lo único que necesita Jazztel es una campaña de publicidad que esté "durante las veinticuatro horas del día y los siete días de la semana en la televisión", repitiendo "hasta la saciedad" las ventajas que ofrecen sus servicios y el teléfono de atención al cliente.

Sin embargo, Pujals ya amenaza con que lo más insistente será, sin duda, el eslogan publicitario, que consistirá en una pseudo-réplica del que utilizó con Telepizza: "El secreto está en la masa".

Así pues, que todo el mundo se vaya preparando para treinta y seis meses de una insistente campaña de publicidad, sobre todo en televisión, de Jazztel en la que, previsiblemente, terminará saliéndonos por las orejas el eslogan "el secreto está en su red"