Resumen de Agencias y redacción Noticiasdot.com -
En América Latina, México y Brasil se inclinan por la candidatura demócrata, y
Argentina espera la reelección del actual Presidente estadounidense. Mientras
los gobiernos de los países árabes se inclinan por el candidato republicano, sus
ciudadanos lo consideran un enemigo. En Europa, las opiniones están también muy
divididas. El gobierno britanico (laborista) vería como se quedan sin otro de
los socios de la foto de las Azores e igual que Rusia, apuestan por la
continuidad de Bush. En España, Francia y Alemania, en cambio se contempla la
posible victoria de Kerry la mejor manera de rehacer los vinculos con la Casa
Blanca.
España
El Gobierno español espera un triunfo del candidato demócrata a la presidencia
de Estados Unidos, John Kerry, una victoria que contribuya a mejorar las
relaciones entre España y la superpotencia, que se enfriaron -tras años de
estrecha cooperación- por la decisión de José Luis Rodríguez Zapatero de retirar
las tropas de Irak. El Ejecutivo socialista insiste en su neutralidad cuando
hace declaraciones oficiales, pero fuentes cercanas al presidente señalan que
éste preferiría ver a Kerry en la Casa Blanca. Entre otras cosas porque,
vaticinan, tendría más en cuenta a la ONU a la hora de adoptar ciertas
decisiones y aliviaría la tensión con sus socios europeos.
En su campaña de las pasadas elecciones generales, Rodríguez Zapatero afirmó que
prefería al líder demócrata, quien después le criticó por hacer volver a los
soldados. El mandatario también lanzó guiños a Kerry y, en ocasiones, utilizó
frases suyas, como cuando afirmó que «la fe no se legisla» para contestar a las
protestas de la Iglesia por su política ante el matrimonio homosexual, el aborto
o el divorcio. Sin embargo, prevé que la actual frialdad en las relaciones
bilaterales se mantenga si triunfa Bush.
No obstante, la postura oficial es que los dos países son «aliados» y «amigos»,
por lo que cualquier resultado le «parecerá bien». Públicamente, el presidente
también sostiene que las relaciones con Estados Unidos son normales, y acentúa
que su gabinete tiene contactos con la administración Bush todas las semanas.
En el Partido Popular opinan que lo mejor para el Gobierno es tener buenas
relaciones con la Casa Blanca y creen que el Gobierno español hace una lectura
errónea de la posible victoria de Kerry si cree que la política de Estados
Unidos hacia España va a cambiar por una victoria demócrata. Aunque el principal
partido de la oposición no se ha manifestado públicamente jugando a la
neutralidad "política" , todas las fuentes insisten que una victoria de Bush
seria interpretada como una confirmación de sus tesis y un balón de oxigeno para
la actual cupula del partido formada por las mismas personas que conformaron el
anterior ejecutivo que aprobó la intervención en Irak. La única preocupación que
podría derivarse en el PP es que Jose Maria Aznar aumentaría en protagonismo
reduciendo el liderazgo que teóricamente mantiene Mariano Rajoy en este partido
Tanto El País como El Mundo han mostrado su apoyo a Kerry,
mientras que los periódicos conservadores (tanto impresos como digitales) siguen
apostando por la vitoria de Bush
Europa
Una encuesta publicada en septiembre por la empresa de investigación GlobeScan
reveló que salvo en Polonia, los ciudadanos en toda Europa preferirían que John
Kerry fuera el futuro presidente.
En muchos de los países de Europa occidental el margen entre el candidato
demócrata y el presidente es enorme. En Alemania el 74% prefiere a Kerry, sólo
10% a Bush. En Francia el balance es de 64% por Kerry, 5% a favor de Bush. La
misma tendencia pero menor se registra en Italia (58% frente a 14%), España (45%
frente a 7%) e incluso en el Reino Unido (47% frente a 16%).
Sin embargo, no siempre la opinión de los ciudadanos coincide con la de sus
gobernantes. Un caso claro es el del Reino Unido, donde Blair se ha
identificado claramente con la politica exterior propulsada por George W. Bush.
En los últimos días y ante una "presumible victoria demócrata" analistas
británicos intentan quitar hierro a ese apoyo en el que Blair se ha visto
involucrado y que le ha supuesto graves enfrentamientos en su partido y una
perdida de confianza ante electores laboristas. Así opinan que la victoria de
Kerry no seria un gran revés y que incluso podría beneficiarse de un cambio de
orientación política en EE.UU. y sus consecuencias sobre la crisis de Irak,
atado ahora de pies y manos a las decisiones que toma Bush.
“En términos de política interior, una victoria de John Kerry sería más
fácil” para el Primer Ministro británico, explicó el politólogo Lord William
Wallace. La victoria de Bush, en cambio reforzaría su estrategia en la politica
internacional, aunque ello le llevaria a seguir manteniendo la actual presencia
en Irak y posiblemente reforzarla.
Mientras tanto, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, dio un
contundente apoyo a Bush al declarar que el “objetivo de los terroristas en
Irak es impedir su reelección”, por lo que un fracaso en los comicios de
noviembre sería una victoria para ellos.
Moscú considera las elecciones estadounidenses como un tema interno de ese país
pero preferiría la reelección de Bush, según analistas. Recordaron que Kerry ha
criticado la forma en que Putin conduce al gobierno.
Francia, el país que más decididamente se enfrentó a George W. Bush en su deseo
de invadir Irak, apuesta sin ambages por su rival, John F. Kerry, en las
elecciones que se celebrarán el próximo 2 de noviembre en Estados Unidos. Aunque
políticamente, París se prepara para ambas hipótesis, ante la imposibilidad de
predecir un resultado.
Francia. Todas las encuestas indican que el índice de apoyo de los
franceses al candidato demócrata supera incluso el 70 por ciento, por un magro
10 por ciento de su rival republicano. Un 77 de los ciudadanos galos opinan que
una victoria de Kerry "favorecería a Francia", según un sondeo aparecido
el 28 de octubre en el diario 'Le Figaro'.
A este apoyo masivo de la población, se unen las sutiles declaraciones
provenientes del poder político, aunque ningún responsable del Gobierno ha
expresado públicamente su deseo de que venza Kerry. El ministro de Asuntos
Exteriores francés, Michel Barnier, reivindicó el pasado lunes la necesidad de
establecer "una nueva alianza" entre Francia y Estados Unidos, a partir
del fin del periodo electoral en el país norteamericano. "Necesitamos una
nueva alianza, una alianza basada en el respeto mutuo, que no es un juramento de
fidelidad", añadió el responsable diplomático.
Otros responsables políticos, sin esconder su deseo de que gane John Kerry, han
expresado sus dudas sobre las consecuencias de una victoria demócrata para
Francia. Dominique Moïsi, experto del Instituto Francés de Relaciones
Internacionales de París, asegura hoy al diario 'Libération' que no excluye que
exista un "deseo secreto" en la jefatura de Estado francesa "de ver a
Bush reelegido". "Sería más cómodo", argumenta Moïsi, "París no tendría
que revisar sus tesis, notablemente su rechazo a enviar soldados en Irak. Porque
si Kerry, elegido, se lo pide, le será difícil mantener este rechazo".
Alemania. Opinión parecida es la del Gobierno alemán. Según se comenta a
nivel oficial para Alemania lo fundamental no es que gane George W. Bush o John
Kerry, porque Alemania y Europa deben entenderse con cualquier presidente
estadounidense, sea republicano o demócrata. Incluso tanto en la Cancillería
como en el Ministerio del Exterior alemán se ha advertido que aunque gane Kerry
no cabe esperar un giro de 180 grados en la política de Estados Unidos.
De otra parte, el Vaticano no se pronunció a favor o en contra de ninguno
de los candidatos a las elecciones de mañana, según el portavoz de la Santa
Sede, Joaquín Navarro Valls. Aunque John Kerry sea católico, la derecha
religiosa estadounidense (tanto protestante como católica) han hecho frente
común con Bush .
América Latina
Durante los cuatro años del gobierno de Bush, Latinoamérica perdió
dramáticamente un lugar en la agenda de la Casa Blanca.
El ministro brasileño de Industria y Comercio Exterior, Luiz Fernando Furlan,
afirmó que “la gestión del presidente Bush no fue altamente positiva”
para Brasil y que el candidato demócrata a la Casa Blanca, John Kerry,
representa “una esperanza”.
“Cada uno de ellos tiene pros y contras”, dijo Furlan. “Si analizamos
los cuatro años del gobierno Bush, lo que representó para Brasil, todo sumado,
no es un resultado altamente positivo”, afirmó el Ministro.
Entre tanto, México está más atento de la composición del Congreso de
EE.UU., que al vencedor entre Bush o Kerry.
“Ellos (los congresistas) son quienes cambian las leyes”, comentó el
canciller mexicano, Luis Ernesto Derbez, tras la dura experiencia que tuvo el
presidente Vicente Fox con Bush en el tema migratorio.
Aún así, analistas como César Pérez, consideran que “si el ganador es Kerry
existe la esperanza de que se abran mayores canales de comunicación con su
Gobierno para buscar un mayor entendimiento en problemas graves de México”.
En cambio, Argentina podría salir beneficiada con una reelección de Bush
considerando el “apoyo relativo” que el Presidente estadounidense le brindó en
el tema de la deuda.
De ahí que Juan Gabriel Tokatlián, director de Ciencias Políticas y Relaciones
Internacionales de la Universidad de San Andrés de Buenos Aires, opine que el
triunfo de Kerry podría beneficiar a Argentina considerando el plano global o
regional, pero no particular. “Kerry ni sus asesores se manifestaron sobre el
mayor condicionante del futuro argentino”, indicó Tokatlián.
Asia
Opuestos a la política intervencionista y belicosa de George Bush, los chinos
prefieren a John Kerry, pero el gobierno se muestra inquieto por las posiciones
en materia comercial del candidato demócrata.
“Los chinos encuentran que las opciones de Bush en política extranjera están
demasiado centradas en los intereses estadounidenses”, afirma Zhu Feng,
experto de las relaciones chino-estadounidenses.
El Gobierno chino, teme sin embargo, una posición comercial más dura si Kerry
gana.
Oriente Medio
Los israelíes han optado con claridad por Bush, mientras que son numerosos los
palestinos que rezan por un triunfo de Kerry.
Curiosamente, cuatro años atrás, Bush suscitó la desconfianza en Israel por sus
relaciones privilegiadas con el ‘lobby’ petrolero y porque su padre tenía una
imagen pro árabe.
Los palestinos, por su parte, esperan que el próximo ocupante de la Casa Blanca,
que ha marginado a Yasser Arafat y respalda a Israel, cambie de política después
de las elecciones.
Liga Arabe
Los gobiernos árabes del Golfo se inclinan por Bush, a la inversa que sus
ciudadanos, que consideran al Mandatario saliente como un enemigo de los
musulmanes.
A pesar de la tensión que marcó las relaciones entre Arabia Saudita y Washington
bajo la presidencia de Bush, Riad respalda su reelección a causa de la
“hostilidad manifiesta” que expresó su rival demócrata John Kerry respecto a
este reino.
De todos modos, Mohsen Al Awaji, islamista saudita moderado, también dio cuenta
de una amplia corriente a favor de Kerry en Arabia Saudita. “No es por amor a
Kerry, sino por odio a Bush por su política hacia los musulmanes”, declaró
Awaji.
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