El titular de Microsoft se dio un gusto millonario y contrató al cantante
británico Sting para que le ofrezca un concierto exclusivo en el Supper Club de
Nueva York. La cifra: medio millón de dólares.
El multimillonario empresario se había declarado fanático del cantante
británico, ex líder de la banda "The Police", de manera que, la abultada sirvió
para escuchar su música en un club nocturno, sólo con sus íntimos.
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