Resumen de agencias - Analistas y expertos, recogidos
por distintas agencias de prensa, han valorado el por qué este candidato,
finalmente, ha renovado la confianza y superado a un candidato que parecía
contar con un apoyo mayoritario entre aquellos ciudadanos que habitualmente no
acuden al colegio electoral. Si en España, los dos millones de abstencionistas
dejaran al PP sin poder renovar su mandato, en los EEUU el efecto ha sido
totalmente distinto... veamos por que
El voto popular
A diferencia de lo que ocurrió en las elecciones de 2000, en esta ocasión Bush
ha salido reforzado gracias al apoyo del voto popular, el número total de
ciudadanos que le ha dado su confianza. Con el 98% escrutado, el presidente
estadounidense ha logrado el 51% de los votos totales (58.062.552), por el 48%
de Kerry (54.509.501 votos).
En los anteriores comicios, Bush tuvo menos votos directos de los ciudadanos que
el candidato demócrata Al Gore, pero ganó en los estados que le dieron los
delegados suficientes para una victoria en el Colegio Electoral, gracias a un
fallo del Tribunal Supremo de Justicia.
Alta participación
Aunque todos los analistas sostenían -hasta ayer- que un elevado índice de
participación siempre favorecería al candidato demócrata, las predicciones han
resultado erróneas. A pesar de que posiblemente se ha superado la marca del 60%
de participación, la victoria parece decantarse del lado de Bush, quizá porque
Kerry no ha logrado llevar a las urnas a tantos jóvenes como esperaba.
La mayor participación electoral en unas elecciones presidenciales en EEUU se
registró en 1960 cuando votó el 63,1% de la población con derecho a sufragio.
Hace cuatro años, el índice de participación fue del 51% y votaron 106 millones
de personas.
Los jóvenes
Era, según la mayoría de los analistas, el principal bastión de los demócratas:
el voto joven. Sin embargo, John Kerry sólo ha conseguido aglutinar el 56% de
los votos de las personas entre 18 y 30 años, aunque también ha logrado el 55%
de los sufragios de los que acudían por primera vez a las urnas, según los datos
del diario The Washington Post.
En estados como Ohio o Florida, muy importantes para la batalla electoral, el
electorado que nunca antes había acudido a unas urnas suponía el 13% del total,
aunque a la vista de los resultados parece que Kerry no ha logrado movilizarlos
a todos.
Blancos, sureños y católicos
Este es el perfil del votante típico de George Bush. Un ciudadano de entre 30 y
45 años, o de más de 60, blanco, cristiano practicante, que vive en zonas
rurales y que considera que "los problemas morales" son el principal problema de
la nación.
Ese es el resultado de varias encuestas realizadas a pie de urna por periódicos
como The New York Times, o The Washington Post, que también aseguran que los
votantes de raza negra (en un 90%), latinos (en un 56%), asáticos (en un 61%) y
de otras minorías étnicas han optado, sin embargo, por el candidato demócrata.
Pero las diferencias de voto no han sido étnicas, también las ha habido
demográficas. Bush se ha llevado el voto de los grandes estados del sur y el
centro oeste de la nación, más pobres y con una población mucho más rural,
mientras que Kerry ha logrado la victoria en muchos menos estados, pero más
poblados. El norte industrial y tecnológico, así como la costa del Pacífico, han
votado demócrata.
Bin Laden y el terrorismo
La aparición estelar de Bin Laden en los últimos días de campaña ha decantado la
balanza, aún más si cabe, del lado republicano. Bush ha basado su campaña en la
idea de que EEUU está en guerra contra el terrorismo y de que él es el líder
adecuado para derrotar a Bin Laden.
Y precisamente el 85% de los que consideraron el terrorismo como factor clave
para decidir su voto se han decantado por Bush, un presidente que plantea
métodos expeditivos contra el terrorismo frente a un candidato con
contradicciones en su respaldo a la intervención en Irak.
El voto de castigo
Aunque este es un elemento que demuestra más la derrota de Kerry que la victoria
de Bush, los asesores del inquilino de la Casa Blanca han tomado buena nota de
que muchos de los que han dado su voto al candidato demócrata no lo han hecho
por convicción política, sino como castigo a la política de George Bush durante
los últimos cuatro años. Su número, sin embargo, no ha sido suficiente para
sacar al republicano del Despacho Oval.
Florida, Pensilvania y Ohio
Ya hace semanas se rumoreaba que la victoria se iba a decidir en estos tres
estados, pero la llave de la Casa Blanca la tendrá finalmente Ohio, después de
que Kerry lograra hacerse con los votos electorales de Pensilvania y Bush con
los de Florida.
En este último caso ha influído decisivamente la gratitud de la población de
Florida más afectada por el paso de varios huracanes en los últimos meses. El
87% de los encuestados a la salida de los colegios electorales de Florida
aseguró a la cadena NBC que estaba "muy satisfecho" del modo en que Bush había
respondido a la situación. El 54% de ellos, de hecho, dio su voto al candidato
republicano.
En los demás estados, las cosas no han cambaido apenas nada en los últimos
cuatro años. Si los candidatos ya tenían muy claro antes de empezar la carrera
electoral que tenían determinados estados de su parte, los datos han confirmado
las sospechas. Sólo New Hampshire ha cambiado de color tras estas elecciones,
aunque Nuevo México podría dar la sorpresa y cambiar de bando en los recuentos
de última hora.
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