Agencias - La Comisión Europea decidió en marzo que Microsoft utilizó
Windows como algo cercano al monopolio en el mercado de los sistemas operativos
de ordenadores para dañar a los competidores, y ordenó poner en conocimiento de
sus rivales la información disponible y la venta de una versión de Windows sin
el software audiovisual que otros proveedores de software previamente anularon.
La Comisión, el cuerpo ejecutivo de la Unión Europea, también le impuso una
sanción record de 497 millones de euros. Pero Bo Vesterdorf, presidente del
Tribunal de Primera Instancia de la UE, debe decidir si Microsoft debe obedecer
ahora o esperar años antes de que un grupo de jueces escuche todas sus
apelaciones. Por ahora, lo que se suponía que iba a ser una escaramuza rápida
se ha convertido en una batalla legal de seis meses con dos días de audiencias
en la corte de Luxemburgo.
La propia orden de Vesterdorf, aunque no es una decisión formal, se espera que
ocupe entre 100 y 200 páginas y que profundice en la esencia del caso.
Cualquiera puede apelar la orden de la Corte Suprema de la UE, el Tribunal
Europeo de Justicia, dicen los expertos.
La Comisión ha argumentado que las sanciones quedarían sin fundamento si se
retrasasen, porque el mercado seguiría adelante.
La cuestión mas importante que se debe decidir es si Microsoft debe ahora
suministrar una versión de Windows sin el software multimedia Media Player,
aquel que según dice está en todas partes.
La Comisión dice que Microsoft debería vender a los fabricantes de ordenadores
una versión de Windows sin Media Player para que ellos puedan proveerse de
alternativas como el RealPlayer de RealNetworks o el QuickTime de Apple Computer.
Cualquier retraso permitiría a Microsoft empujar a RealNetworks y al resto fuera
del mercado, como ya sacó a Netscape del mercado de páginas web a finales de la
década de los 90, dicen la Comisión.
Pero Microsoft sostiene que la existencia de más de una versión de Windows
podría causar confusión en el mercado y atarle de pies y manos para intentar
innovar.
El alegato caló en Vesterdorf, quien interrogó compasivamente a Microsoft
durante el segundo día de juicio, el 1 de octubre.
En uno de los puntos, expresó su preocupación por la confusión que podría
producir en los consumidores, que devolverían sus ordenadores a las tiendas
preguntando "Por qué no funciona".
Pase lo que pase, Microsoft quiere retomar las conversaciones con la UE antes de
esperar años para un fallo final favorable.
Microsoft se ha gastado miles de millones de dólares resolviendo con sus
antiguos competidores demandas por prácticas injustas y un acuerdo podría poner
fin a la última acción legal en su contra.
"Tenemos la esperanza de que la orden haga posible que ambas partes vuelvan a
comenzar el diálogo, dijo la pasada semana Horacio Gutiérrez, asesor jurídico
general para Europa de la compañía.
Eso requeriría que la Comisión Europea diese el paso sin precedentes de cambiar
una decisión formal que estuvo tres años en construcción y fue respaldada por 18
países.
La nueva comisaria de competencia, Neelie Kroes, ya ha tendido su mano. |