La mayoría de las empresas consiguen los detalles de clientes potenciales a
través de prácticas totalmente transparentes y legales, aunque, como en todo,
hay excepciones. Existen usuarios maliciosos y compañías de ética bastante
dudosa que se afanan por conseguir la mayor cantidad de información confidencial
posible sin importarles el procedimiento a seguir para ello.
Ello propició el nacimiento de los llamados programas espía, o spy-ware,
aplicaciones diseñadas para conseguir datos de los usuarios sin que estos se
percaten de su presencia. Un spy-ware oculto en un sistema puede llegar a
elaborar un perfil muy concreto del usuario habitual de un ordenador, mostrando,
por ejemplo, sus preferencias en cuanto a tipo de páginas web que visita, tiempo
que navega, su equipo de fútbol favorito e incluso, en un caso extremo, su
religión o sus preferencias sexuales. Es evidente, por tanto, que la presencia
de spy-ware en un ordenador constituye una intromisión en la privacidad del
usuario que no debería ser consentida en ningún caso.
Muchas veces los datos recogidos son vendidos a terceros, que llegan a pagar
importantes sumas por ellos. Así, nos encontramos ante una práctica que
constituye un lucrativo negocio y que, por tanto, augura que la proliferación de
spy-ware lejos de remitir, irá en aumento.
Debe tenerse en cuenta que el spy-ware se instala en los ordenadores con suma
facilidad. Son muchos los usuarios que, tras un análisis exhaustivo de su
sistema, se sorprenden del número de programas de este tipo que encuentran.
La forma más común en que el spy-ware llega a los ordenadores es a través de
programas que aparentemente no tienen ninguna peligrosidad. Pueden ser
aplicaciones freeware, shareware, o demos de cualquier tipo. Y lo peor de todo
es que el que una descarga contenga o no spy-ware no depende tanto de si el
archivo a descargar es fiable o no, sino de dónde se descarga. De hecho, puede
darse el caso de que aplicaciones conocidas y libres de toda sospecha hayan sido
manipuladas para contener un programa espía. Esta manera de ocultarse en el
interior de programas no sospechosos permite que, al mismo tiempo que el usuario
instala la aplicación de acaba de descargar, lo haga el programa espía.
Cómo protegerse contra el spy-ware
- Realice descargas desde Internet solamente a través de sitios web fiables,
evitando hacerlo desde páginas web de origen dudoso, sea cual sea la aplicación
o archivo a descargar.
- Preste atención a los textos de las distintas ventanas que aparecen durante la
instalación de los programas. Algunos spy-ware muestran una ventana pidiendo su
consentimiento para ser instalados en los sistemas, si bien lo hacen mezclándose
entre las pantallas de instalación de aplicaciones que no tienen ninguna
relación con el software espía.
- Instale un antivirus en su sistema, asegurándose de que también detecta y
elimina spy-ware. Por otra parte, existen algunas aplicaciones dedicadas
exclusivamente a esta tarea, si bien lo más aconsejable es combinarlas con una
adecuada protección contra virus.
- Proteja con un firewall (hardware o software) sus conexiones a Internet. De
esta manera, aunque tenga algún spy-ware que esté recogiendo información en su
sistema, no podrá enviarla fuera del equipo ya que para ello suelen emplear
puertos de comunicaciones desprotegidos.
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