Clarin.com - Son la clientela más preciada de los hoteles cinco estrellas de
Berlín, las pistas de esquí de los Alpes y las principales inmobiliarias de
Londres: los nuevos ricos de Rusia.
Estos multimillonarios derrochones, dueños de petroleras o empresas de gas
privatizadas en los 90, están revolucionando el mundo del consumo de lujo en
Europa. Si hasta han creado para ellos una versión rusa del "todo por dos
pesos": el shopping "todo por un millón", donde sólo se venden artículos
exclusivos que cuestan más de un millón de dólares.
Las casas de subastas londinenses Christies y Sothebys se disputan por ejemplo
a Elena Baturina, esposa del alcalde de Moscú Yuri Luzhkov y una de las
principales coleccionistas de arte del mundo.
También es famoso en todo el planeta el empresario Roman Abramovich,
propietario del club inglés Chelsea y de la petrolera Sibneft. La Navidad
pasada, el joven Abramovich pagó casi un millón de dólares para tener a Kylie
Minogue bailando y cantando en persona ante sus amigos en Londres.
Mientras los soldados del antiguo Ejército Rojo mendigan por las calles y los
jubilados protestan por las pensiones de hambre, el consumo como terapia se
estableció con fuerza entre los llamados "nuevos ricos" de Rusia.
Se calcula que gastan unos US$ 4.000 millones de dólares al año en artículos de
lujo, tanto en Rusia como en el exterior.
Las principales casas de Viena, Ginebra, París y Nueva York reciben cada vez
más rusos que buscan productos de primeras marcas. En Courchevel y otros "resorts"
de Francia, hay profesores de esquí que hablan ruso para atender a los nuevos
clientes. Y quien vaya a los spa europeos, desde la Costa Azul hasta el
legendario balneario checo Karlovy Vary, encontrará que los que más gastan e
invaden los casinos son, cómo no, rusos.
Según la agencia Ria Novosti, el mercado ruso de productos y servicios de lujo
creció en los últimos tres años el 200 por ciento.
De ahí la idea del consorcio De Luxe Alliance de crear en Moscú un "todo por un
millón", una especie de shopping donde se consiguen yates, aviones privados,
departamentos exclusivos, dachas con salida a los lagos de los alrededores de
Moscú o incluso islas en el Pacífico.
"Nuestro lema "sólo apto para multimillonarios", refleja la realidad: no
tenemos nada que ofrecer a clientes con menos de un millón en el bolsillo",
asegura el folleto de promoción del nuevo shopping "Vladenie" (algo así como
"bienes") que calcula una clientela de por lo menos veinte mil personas. Para
los que no quieren moverse de sus casas, el shopping tiene también compra
telefónica. Una llamada basta para conseguir lo más impensado y lo más caro del
mundo.
La relativa estabilidad macroeconómica y el alto precio del petróleo
contribuyeron -dicen los expertos- a que hoy haya más multimillonarios en Moscú
que en Nueva York. El fenómeno también se explica por la concentración
económica (23 grupos controlando el 57 por ciento de la produccion industrial
rusa), la corrupción y el sospechoso vínculo entre poder político y económico.
Según la agencia EFE de Moscú, en la lista de los 468 rusos más ricos publicada
por la revista Finance figuran tres presidentes de repúblicas autónomas, veinte
diputados de la Duma, once senadores, un gobernador y un vicegobernador.
Entretanto, la crisis del 98 dejó a la clase media sin recursos y a millones de
personas en la extrema pobreza.
En Moscú, los más ricos tienen 53 veces más que los más pobres. En toda Rusia,
la proporción es de 15 a 1, con por lo menos 31 millones de personas (el 22 por
ciento de la población) viviendo con menos de 45 euros por mes. |