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Uno de los puntos centrales del enfrentamiento entre la Unión Europea y
Microsoft gira alrededor del reproductor de archivos multimedia Media Player.
Según la Comisión, el hecho de que el Media Player sea una parte integral de
Windows es perjudicial para el software de la competencia, como Real Player.
Entre las distintas resoluciones que tomó la UE en ese contencioso figuraba que
Microsoft iniciase la comercialización de una nueva versión de Windows
sin ningún reproductor predeterminado, lo que facilitaría que el consumidor
adquiriese otros productos de la competencia, como el Real Player o Quicktime,
entre otros.
Si bien Microsoft aceptó, a regañadientes, cumplir con las decisiones
de la Comisión la elección del nombre con el que debía llegar a los
consumidores el producto levanto una nueva polémica. La multinacional apostaba
por nombres que hicieran referencia a que el producto no era completo,
incorporando a la conocida marca comercial apellidos como "limited edition",
entre otros.
Una opinión que no sentó nada bien a la Comisión Europea quien considero que
la inclusión de este tipo de "apellidos" retraería a los consumidores quienes
optarían por comprar la versión completa y no una mutilada y más cuando se van
a vender al mismo precio.
Después de varios intentos fallidos, finalmente tanto Microsoft como la
unión Europea, acordaron que el nuevo Windows se llame "Windows XP Home Edition
N". En este caso, la N significa "Not with media player", es decir: “sin Media
Player”. Obviamente también habrá una versión de Windows "XP Professional
Edition", con una "N" al final del título.
Según fuentes de Microsoft, este nombre fue sugerido por la Unión Europea,
después que ésta rechazará unas diez propuestas de Microsoft. A partir de
ahora, sólo bastaran algunas pocas semanas para que el nuevo producto llegue
a los estantes de los distribuidores europeos de Microsoft.
De todas maneras, la pelea entre Microsoft y la Unión Europea seguirá su curso,
ya que todavía falta resolver el crítico problema del síndico que supervise el
cumplimiento de las normativas antimonopolio. De persistir los problemas, la
Unión Europea podría multar a la compañía con hasta un 5 por ciento de su
facturación diaria mundial, que es de alrededor de 5 millones de dólares (3,79
millones de euros) |