Las investigaciones comenzaron cuando el Gabinete Jurídico de Nokia denunció
que la citada empresa, ubicada en el polígono de Sangroniz de Sondika, había
puesto en el mercado falsificaciones de productos de la citada marca.
Tras reunir suficiente pruebas, los agentes de la Policía Nacional incautaron
1.200 baterías de la marca Nokia, que tras ser revisadas por peritos de la
compañía finlandesa comprobaron que no reunía los detalles técnicos descritos
por el fabricante.
Además fueron intervenidas otras 200 carcasas de telefonía móvil que violaban
los Derechos de Propiedad Industrial. Fuentes ministeriales aseguraron que las
batería y las carcasas incautadas tendrían un valor en el mercado de 103.800
euros.
Por último, estas batería falsas podrían provenir de Bélgica ya que en los
últimos días se han producido diversas explosiones de baterías fraudulentas,
causando lesiones a los usuarios de los teléfonos
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