Agencias - Las audiencias, que durarán tres días, han caldeado la atmósfera
en la capital del estado, Topeka, donde partidarios y detractores de Darwin
disputan un duelo abierto, en el que según los primeros está en juego la
división entre ciencia y religión y, según los segundos, el pensamiento
crítico.
El debate de fondo gira en torno a si es necesario o no modificar los
estándares científico-educativos del estado, que sirven de guía a sus 301
distritos escolares.
Los críticos del científico británico -capitaneados por el movimiento
"Diseño Inteligente"- quieren que los textos escolares cuestionen el
darwinismo, sobre todo la idea de que el hombre, el mono y otros animales
tienen antepasados comunes.
En cambio, los seguidores de Darwin, creen que la ciencia no tiene nada que
ver con un debate tras el que, según dicen, se esconde la creciente influencia
de la derecha religiosa de este país.
Bill Harris, profesor de medicina de la Universidad de Misuri, y
defensor del "Diseño Inteligente", será uno de los 24 testigos que comparecerán
estos días ante el Comité de Educación.
Harris defiende la idea de Darwin de que los mecanismos "se adaptan y
responden al ambiente en el que viven", pero no el principio de que "el
ser humano es un accidente".
"La idea de que las distintas formas de vida proceden de un antepasado
común y son resultado de un proceso natural y no planificado no está respaldada
por la ciencia", dijo Harris a EFE.
La teoría del Diseño Inteligente nació en el Discovery Institute
de Seattle, un centro conservador que abrió sus puertas en 1990 y que
cuenta entre sus fundadores a Bruce Chapman, director del departamento de censo
de EE UU durante el gobierno del presidente Ronald Reagan (1981-1989).
El teórico y filósofo George Gilder, el gurú que anticipó la importancia
global que iban a tener las "autopistas de la información" o "banda ancha" de
internet, es otro de los miembros prominentes del centro de Seattle.
Los científicos del Discovery Institute sostienen que el neodarwinismo no da
respuesta a mecanismos tan complejos como la estructura de las células, que
sólo puede ser obra de un "diseñador inteligente".
Dadas las "lagunas" que achacan al darwinismo, el Diseño Inteligente propone
que los libros de texto hagan un "análisis crítico" de la evolución, que
"debería presentarse como una teoría científica abierta al escrutinio y no
como un dogma incuestionable".
Su incendiaria propuesta ha calado en algunos de los puntos más
conservadores del país, como el propio Kansas.
Sue Gamble, una de las diez integrantes del Comité de Educación de Kansas,
está que echa humo ante el avance del Diseño Inteligente.
"No son una opción científica", dijo a EFE Gamble, quien describió el
debate que arranca hoy como "innecesario" y quien está convencida de que
tras esta polémica hay móviles religiosos y políticos.
Steve Abrams, el presidente del Comité, niega rotundamente esas acusaciones.
"De lo que se trata es de impulsar el pensamiento crítico en los
currículos", dijo a EFE Abrams, quien lamenta "que la evolución se
enseñe ahora como un dogma".
Aunque todavía no está claro cómo se resolverá esta contienda, Darwin ha
logrado sobrevivir ataques similares en el pasado.
Los creacionistas, grupo que respalda la visión bíblica de que Dios creó el
mundo en seis días hace aproximadamente seis mil años, han arremetido en varias
ocasiones contra Darwin.
En 1987 el Tribunal Supremo de EE UU prohibió que el creacionismo se
enseñase en las clases de biología, dado su carácter pseudocientífico, y acuñó
el movimiento como un "dogma religioso".
A diferencia de los creacionistas, el Diseño Inteligente asegura que su
teoría es agnóstica, lo que les otorga una ventaja crucial sobre el
creacionismo, al facilitarles el potencial acceso a las clases de ciencia,
donde aspiran a echar por tierra el darwinismo. |