Agencias - La realidad más descarnada de Europa es que el 70% de las
entradas vendidas en los cines son para ver películas estadounidenses. Y pese a
que algunas cintas europeas recientes han logrado éxito internacional, lo cierto
es que los resultados taquilleros del continente no han cambiado mucho en los
últimos años.
Al tiempo que Europa debate su nueva constitución y su futuro, los productores
que asisten al Festival de Cine de Cannes estudian una idea que podría ayudar a
resolver en parte el problema de las taquillas: la distribución de películas a
través de la internet.
La comisionada de medios de la Unión Europa, Viviane Reding, se reunirá el
martes con ejecutivos del cine y las telecomunicaciones para hablar acerca de
las posibilidades de distribución de las películas a través de la internet, y
las perspectivas de tales tecnologías para promover la diversidad cultural.
"En Europa producimos de 750 a 800 películas al año. El problema es que
muchas de esas películas nunca llegan a las pantallas. Los ciudadanos no tienen
acceso a muchas de ellas y es por eso que las nuevas tecnologías pueden ayudar",
aseguró Reding
Aparte de todo ello, una cuestión candente ahora es: ¿Qué constituye exactamente
una película europea?
Un tribunal de París dictaminó en noviembre que la cinta A Very Long Engagement
era "demasiado" norteamericana para competir en festivales fílmicos dedicados al
cine francés, debido a que fue financiada en parte por los estudios Warner
Brothers. Los productores ya han presentado una apelación contra ese dictamen.
También se han planteado cuestiones de nacionalidad en el caso de otra película
de Warner Brothers, Harry Potter y el prisionero de Azkabán, que fue dirigida
por el mexicano Alfonso Cuarón, pero está basada en un libro británico y filmada
en Gran Bretaña con un reparto mayormente británico.
"El Consejo de Cine del Reino Unido considera que 'Harry Potter' es
británica", dijo Andre Lange, jefe de mercados y finanzas del Observatorio
Audiovisual Europeo. Pero "para nuestras estadísticas, nosotros la
consideramos (una producción) estadounidense".
El observatorio dijo que un 71.4 % de los boletos de cine vendidos el año pasado
en los 25 países de la Unión Europea correspondieron a películas
norteamericanas, mientras que sólo un 26,5 % se destinaron a ver producciones
europeas. En el 2003 las cifras fueron muy similares.
Para el talento europeo, el dilema es con frecuencia si trabajar en sus países o
trasladarse a Hollywood, donde se logra mayor fama y mejor paga. Dos estrellas
españolas, Antonio Banderas y Penélope Cruz, tienen carreras a ambos lados del
Atlántico.
Dos realizadores alemanes, Wolfgang Petersen (Troya) y Roland Emmerich (El día
después de mañana) dirigieron dos de las superproducciones norteamericanas más
recientes.
El complicado cuadro lo completan directores europeos como el alemán Wim Wenders
o el danés Lars von Trier, que ruedan películas europeas filmadas en inglés con
estrellas estadounidenses. |