La noticia fue deslizada ayer en el Ministerio de
Industria y Comercio en el marco de la reacción oficial al nuevo informe
divulgado ayer por la Bussines Software Alliance (BSA), que alega que en el
Paraguay, el 83% de los programas de computadoras utilizados eran piratas al
cierre del 2004. |
Transmedia.cl - El Gobierno analiza la posibilidad de
sumarse a la corriente de software libre pregonada en el Tercer Mundo como
alternativa a los elevados precios de los programas patentados por las compañías
del Primer Mundo.
El porcentaje es el mismo que el apuntado en el 2003 por la organización que
aglutina a las empresas propietarias de patentes de software.Este elevado índice
de ilegalidad causó a las compañías norteamericanas pérdidas por 11 millones de
dólares.
El país que mayores daños económicos provocó a las citadas empresas en el 2004
es el Brasil, con 659 millones de dólares (519 millones en el 2003) y una tasa
de ilegalidad del 64%. En Argentina, donde el 75% del software instalado es
pirata, las pérdidas alcanzaron 108 millones de dólares frente a 69 millones de
2003.
En México (65% de piratería) las pérdidas ocasionadas ascendieron a 407 millones
de dólares (369 millones en 2003).
Otros países de alto índice de piratería informática son, según el informe,
Bolivia, El Salvador y Nicaragua (80%), Venezuela y Guatemala (79%) y República
Dominicana (77%).
"Creemos que el aumento de la piratería de software en Brasil y en el resto de
América Latina se debe a una combinación de más ventas de computadores
personales en reventas locales y al aumento de la disponibilidad de software
pirata por medio de Internet", dijo André Almeida, consultor jurídico de BSA en
Brasil y miembro del Consejo Nacional de Combate a la piratería del gobierno
brasileño, según reportó AFP.
RECHAZO PARAGUAYO
El viceministro de Industria, Jorge von Horoch, y la directora de Propiedad
Intelectual, Astrid Weiler, fundamentaron su rechazo al documento destacando que
la organización norteamericana nunca dio a conocer la metodología que utiliza.
Las autoridades del MIC desde el año pasado vienen solicitando a la BSA una
explicación sobre los mecanismos utilizados para el estudio, pues sospecha que
estarían usando datos erróneos, pero el organismo no da respuestas. Desde el año
pasado, la secretaría de Estado insiste en firmar un convenio de cooperación,
pero el pedido no es atendido, mientras siguen saliendo informes que no
justifican los mecanismos utilizados para condenar a los países.
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