Agencias - Hace 40 años Gordon Moore, cofundador de Intel hizo una
predicción que decía que el poder de computación de los chip se doblaría cada
año y esto ha permitido que ordenadores ganen en capacidad y sean cada día más
pequeños y ligeros.
En 1965 Moore afirmó en una entrevista a la revista Electronics, con
la intención de dejar clara la idea (por entonces no demasiado compartida) de
que la tecnología tenía futuro, que el número de transistores por pulgada en
circuitos integrados se duplicaba cada año y que la tendencia continuaría
durante las siguientes dos décadas.
Algo más tarde modificó su propia ley al afirmar que el ritmo bajaría, y la
densidad de los datos se doblarían aproximadamente cada 18 meses. Esta
progresión de crecimiento exponencial: doblar la capacidad de los
microprocesadores cada año y medio, es lo que se considera la Ley de Moore.
La consecuencia directa de la Ley de Moore es que los precios bajan al mismo
tiempo que las prestaciones suben: la computadora que hoy vale 3.000 dólares
costará la mitad al año siguiente y estará obsoleta en dos años.
Mucha gente le ha dado gran importancia a esta ley que también se ha aplicado a
otros aspectos tecnológicos y cierta corriente de economistas cree que el boom
económico que ha vivido Estados Unidos en los últimos años se debe en gran parte
al crecimiento en progresión geométrica de la productividad de las computadoras.
Precisamente que se cumpliera esta ley permitió que, hace ahora 20 años, el
gigante de la informática Toshiba pusiera en el mercado el primer
ordenador portátil.
Se trataba del Toshiba T1100, con sistema operativo MS-DOS 2.11, con 512
kilobits de memoria, 4 kilos de peso y un precio de 4.000 euros. Entre ese
primer modelo y el último 'Libretto' de un kilo escaso de peso, hay 37 millones
de ordenadores Toshiba en el mercado y mucha tecnología propia que, puesta al
alcance de otros fabricantes, ha permitido que los ordenadores portátiles
alcancen posiblemente este año a los de sobremesa en ventas.
Cuando se cumple el XX aniversario, Toshiba quiere que 2005 sea el año marque la
fecha histórica en que decidió que los portátiles podían tener su propio
mercado, adelantando al gigante IBM, que no supo valorar su desarrollo futuro,
por lo que explotará sus tecnologías nueve meses antes de permitir que otras
marcas las utilicen.
Ligado a los ordenadores, Microsoft cumple también aniversario, los 20 años del
Windows, el sistema operativo más instalado del mundo, una auténtica revolución
que permitió a los usuarios utilizar los ordenadores de forma sencilla e
intuitiva, que ha ido incorporando nuevas funcionalidades.
El sistema operativo de Windows ha provocado las mayores guerras empresariales
de la historia, las mayores demandas y negociaciones, los grandes recelos y la
mayor rivalidad de piratas informáticos por crear virus para poner en evidencia
este sistema.
Uno de sus grandes rivales, Sun Microsystems, tiene también su
aniversario, los diez años de su lenguaje de programación Java, que ha
cambiando la electrónica e informática y que es utilizado diariamente en
millones de hogares y empresas de todo el mundo sin que sus usuarios lo
perciban.
La gran innovación es que facilita que un servicio o una aplicación informática
se desarrolle una sola vez y se pueda utilizar en cualquier dispositivo o
tarjeta.
Además permite enviar un código de un lugar a otro a través de la red de
Internet, minimiza el impacto de los errores de programación y crea entornos
libres de virus.
Sólo unas cifras: 579 millones de teléfonos móviles Java de más de 600 modelos;
140 despliegues Java en otras tantas operadoras de telecomunicaciones, 650
millones de PC vendidos, 139 millones de descargas de Java Runtime, más de 825
millones de tarjetas inteligentes basadas en Java Card.
Y en los últimos años, la convergencia ha acercado el mundo de la informática de
las telecomunicaciones y este año Telefónica cumple 80 años de su salida a
Bolsa, en la primavera de 1925 y de la mano de su primer presidente Estanislao
de Urquijo y Usía. Fueron 200.000 acciones preferentes de 500 pesetas de
nominal.
En conclusión, la Ley de Moore que no es una ley en el sentido científico, sino
más bien una observación ha sentado las bases de grandes saltos de progreso.
En el 2004 la industria de los semiconductores produjo más transistores (y a un
costo más bajo) que la producción mundial de granos de arroz, según la
Semiconductor Industry Association de los Estados Unidos.
Moore solía estimar que el número de transistores vendidos en un año era igual
al número de hormigas en el mundo, pero hoy cada hormiga necesitaría cargar 100
transistores a cuestas para conservar la precisión de esta analogía.
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