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Agencias - Ha sido súbito el fenómeno de la implantación de la
telefonía móvil, súbito y sorprendentemente efectivo. Recientes estadísticas dan
una cifra de 83 teléfonos móviles por cada cien habitantes en la UE... pero en
España, estamos ya por encima de los 90 aparatos.
Según estadísticas de Eurostat, en 2003, España estaba ya en torno a los 90
móviles por cien habitantes, cuando en Alemania, la cifra era 79, y en Francia,
no llegaba a 70. Por cierto, a la cabeza de los países más proclives a los
móviles, estaban Luxemburgo, con 120 por cada cien habitantes, y Suecia,
acercándose a los 100.
El móvil ha supuesto una revolución. Sus ventajas le han hecho necesario en esta
sociedad de la globalización y la instantaneidad.
El teléfono móvil se mueve con su portador, lo que permite al usuario libertad
de movimientos, atención permanente a sus intereses personales y facilidad para
la comunicación, algo inherente al estilo de vida de esta época.
Además, los móviles tienen cada vez más funciones -control de llamadas, buzón de
voz, mensajes, llamada en espera, Internet...-.Junto a esto, una razón que
explica su gran popularidad es la creciente calidad, a la par que un inusual
abaratamiento de los precios.
En España, los móviles se han dado gratis y su uso ha arraigado en toda la
población, especialmente entre los más jóvenes. Una estampa habitual en las vías
urbanas es la multitud de viandantes con la cabeza inclinada y el móvil al oído,
lo que al espectador -amante de la obra de Quevedo- le induce a parafrasear: 'Erase
un hombre ...a un móvil pegado'.
La adicción al móvil.
En un mundo enfocado al consumo, donde las marcas tienen gran trascendencia, el
modelo del terminal móvil se percibe como una señal de estatus. El teléfono,
para muchos, es un elemento identificador y útil insustituible, que condiciona
la propia existencia.
El súbito imperio del móvil ha revolucionado especialmente las costumbres de los
más jóvenes, generando adicción y originando problemas diversos, según un
estudio reciente del Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid.
Aproximadamente, la mitad de los muchachos entrevistados utilizaba el teléfono
móvil, pero casi un 40 por ciento explicó que sufría 'reacciones adversas'
cuando estaba obligado a prescindir de él, lo que, según los expertos, es 'una
señal de alerta'.
Un 28 por ciento de los 2.000 jóvenes preguntados afirmó haberse sentido
'agobiado' sin su móvil y un 10 por ciento 'haberlo pasado fatal'.
Es ésta una situación que afecta a más países, en varios de los cuales ya hay
centros que trabajan con adicciones a Internet o a los móviles. Otro problema
detectado es que hay menores que llevan a cabo acciones inapropiadas para
conseguir dinero a fin de recargar el móvil, para lo que recurren al engaño y a
la sustracción de dinero.
La encuesta hecha en Madrid indica que un 78 por ciento de los niños con móvil
ya ha tenido más de un terminal; que para un 24 por ciento, el actual es el
tercero, y que otro 24 por ciento, va por el cuarto.
Asimismo, constata que los menores no usan el móvil básicamente para llamar
(sólo el 24 por ciento hace llamadas telefónicas casi a diario); lo utilizan
para jugar, chatear, descargarse productos o mandar mensajes escritos. Un menor
manda hasta 20 mensajes de media en un fin de semana, y 30 o 40, a la semana.
Mutación de costumbres y lenguaje.
Lejos han quedado ya los tiempos en los que para comunicar novedades o
sentimientos, se empleaban las cartas. Ahora, reina la inmediatez de la llamada
o el mensaje telefónico. Lejos ha quedado también el lenguaje almibarado,
barroco, de la comunicación postal, sustituido hoy por un lenguaje tan racional
como económico en la utilización de letras. Todo es inmediato y directo.
En estas fechas de conmemoraciones cervantinas no estaría de más poner unos
ejemplos clarificadores del cambio. Bastaría recordar la carta que Don Quijote
escribió a su amada Dulcinea (Aldonza Lorenzo) desde Sierra Morena. Decía cosas
así:'Soberana y alta señora: El ferido de punta de ausencia y el llagado de las
telas del corazón, dulcísima Dulcinea del Toboso, te envía la salud que él no
tiene. (...) Mi buen escudero Sancho te dará entera relación, ¡oh bella ingrata,
amada enemiga mía!, del modo que por tu causa quedo. Si gustares de acorrerme,
tuyo soy; y si no, haz lo que te viniere en gusto; que, con acabar mi vida,
habré satisfecho a tu crueldad y a mi deseo. Tuyo hasta la muerte...El Caballero
de la Triste Figura.'¿Cómo sería la comunicación de un enamorado a una Aldonza
Lorenzo del siglo XXI? Lo normal ahora no sería la carta, sino el mensaje
telefónico o el correo electrónico, y el léxico totalmente distinto.Algo así:'Aldy,
kriño! K tal? Xra mí ste es el peor find d mi vida, solo yevo 1 día sin ti y ya
no puedo mas! Ncsito vert! T juro k dsd k stamos junts no djo d pnsar en ti, tk
cn locura mi niña! ers lo mas important k m ha pasao nunk! Daria to xra podr
star ahora mismo cntigo y darte mil besos. T llamo sta noxe, ok? Un bsazo mi
vida! Tkm!!'( |