La vigilancia y presión sobre los delincuentes sexuales es más fuerte que nunca.
Las leyes restringen el lugar donde pueden vivir, los sitios en internet tienen
sus nombres en una lista especial, los satélites siguen sus pasos. Los vecinos y
patrones los obligan a dejar sus casas y empleos. Todo ello puede volverse
contra la propia sociedad, creen algunos expertos, y evitar que se produzca la
necesaria reinsección de aquellos que fueron condenados por este tipo de
delitos, informa AP
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Agencias - La mayor presión a los delincuentes sexuales en todo el país se
debe a que hubo varios asesinatos de niños realizados presuntamente por
agresores sexuales liberados. Las medidas enérgicas buscan proteger a los
menores de edad.
Pero algunos expertos se preguntan si los delincuentes sexuales están siendo
presionados demasiado, al punto que podrían volverse más peligrosos para la
sociedad.
Algunos investigadores y terapeutas dicen que los agresores sexuales están
teniendo muchas dificultades para conservar su casa y empleo, así como para
tener una vida estable.
"Yo preferiría que alguien que cometió un delito sexual pudiera ir a trabajar
todos los días, que regresará a casa cansado, que tuviera un sentido de
bienestar que surge de tener un ingreso y tuviera una casa segura; y no tener a
un agresor sexual con mucho tiempo libre", dijo Richard Hamill, presidente
de la Alliance of Sex Offender Service Providers del estado de Nueva York.
"Usted dígame; ¿quién tiene mayor riesgo de reincidencia?".
Los delincuentes sexuales siempre han sido parias. Pero se ha vuelto más difícil
para ellos reintegrarse calladamente a las comunidades desde que los estados
comenzaron a adoptar versiones de la Ley Megan hace una década.
La ley, que toma el nombre por Megan Kanka, una niña de 7 años de Nueva
Jersey que fue asesinada por un vecino en 1994, creó registros públicos de
delincuentes sexuales condenados.
En un estudio publicado este año, los investigadores entrevistaron a 183
delincuentes sexuales en Florida y encontraron que 27% señalaron que perdieron
su empleo debido a que un empleador o un compañero de trabajo se enteró de su
antecedente delictivo; 20% de los encuestados señalaron que tuvieron que mudarse
de su casa debido a que el arrendador se enteró del antecedente; 15% de ellos
tuvieron que dejar su casa luego que los vecinos se quejaron, y 33% fueron
amenazados o acosados por sus vecinos.
"Me siento atrapado al vivir donde vivo", comentó uno de los
entrevistados.
Otro señaló: "Doy la bienvenida a una muerte prematura".
Jill Levenson, escritor y profesor de la Universidad Lynn en Florida,
dijo que el "estrés psicosocial" ha sido vinculado a agresiones repetidas
por parte de este tipo de delincuentes. Algunos especialistas temen que las
recientes medidas de fuerza podrían incrementar su estrés.
Algunos estados ahora rastrean a delincuentes sexuales con satélites de
posicionamiento global. Luego que un delincuentes sexual registrado fue acusado
de la muerte de una niña de 9 años en Florida, el estado aprobó una ley que
exige que ciertos agresores de niños se sometan a un rastreo satelital de por
vida. Otros establecen "zonas libres de predadores" prohibiendo la presencia de
estas personas cerca de escuelas, parques infantiles, guarderías, campos de
juego e incluso lugares por donde recorren los autobuses escolares.
Todo ello con el objetivo de defender a la comunidad aunque basándose en la
idea de que aquel que ha sido condenado o detenido por este tipo de delitos debe
arrastrar esta condición por el resto de su vida. Expertos aseguran a que todas
estas medidas de poco o nada sirven para evitar nuevos delitos y en cambio si
consiguen que el que fue condenado por depredador no pueda nunca reinsertarse a
la sociedad una vez haya cumplido el castigo que esta misma le ha impuesto. |